¿Traidores o conversos?

Isaías Lafuente propone como tema controvertido de la jornada la marcha atrás de Silvio Berlusconi y su apoyo a la continuidad de Enrico Letta

Silvio Berlusconi ha dado marcha atrás en el último momento y ha decidido dar su voto al gobierno de Enrico Letta en la moción de confianza que ha debatido el parlamento italiano. En las últimas horas su hombre de confianza Angelino Alfano había pedido a sus diputados y senadores que desobedecieran al líder y mantuvieran su apoyo al gobierno. Berlusconi los había tachado de traidores. Hoy ha asumido sus tesis para salvar más su cabeza que la de Letta.

La fidelidad al partido o al mandato popular es un dilema crónico en los representantes políticos. Y en contadísimas ocasiones se resuelve al estilo Alfano. Más bien al contrario, lo frecuente es que el parlamentario vote a ciegas lo que ordena el partido, aunque contradiga su compromiso electoral con los ciudadanos. Y para protegerse de los díscolos, los partidos han institucionalizado la "disciplina de voto", que multa al disidente y entra en contradicción con la prohibición del "mandato imperativo" que consagra la Constitución.

Que Alfano ha hecho un favor a Letta es evidente. Pero también ha hecho un favor a la democracia al plantarse frente a un líder que considera que los diputados son meras marionetas al servicio de sus intereses, aunque no sean ni los de su país ni los de sus ciudadanos.