¿Qué necesidad había?

El viernes ya nos indignamos con la marcha atrás que supone la nueva ley del aborto. Hoy, sencillamente, no entendemos nada. Esta mañana leíamos en EL PAIS que el número de abortos se redujo en España un 5% en 2012, es decir, que la ley de plazos no solo no ha disparado las cifras como vaticinaban los agoreros, sino que las ha reducido, especialmente entre las mujeres más jóvenes. Horas después Ana Mato se ha dado cuenta de que tenía el informe en el cajón y lo ha publicado en la web del ministerio.

La nítida fotografía nos muestra que más que hacer una ley tan restrictiva que lo único que pretende es la hipócrita exportación del aborto, como en los viejos tiempos, lo que se necesita es seguir trabajando en la prevención. Para facilitar métodos anticonceptivos, en vez de recortarlos, y evitar que el 33% de mujeres aborten sin haberlos utilizado jamás, para proporcionar información y medios al 36% de mujeres que se someten a más de un aborto en su vida, o para trabajar con colectivos concretos de mujeres extranjeras que tienen altísimas tasas de aborto en proporción a su población. Claro que para eso hay que hablar abiertamente de educación sexual en los colegios, hacer campañas públicas en medios de comunicación, ampliar la cartera sanitaria en materia anticonceptiva... Y de todo eso, también, cada vez menos.