La mirada de Soledad: "¿De qué privacidad hablan?"

Si se escucha con atención lo que dijo el presidente Obama respecto al espionaje que realiza la Agencia Nacional de Seguridad, en ningún momento se comprometió a no volver a espiar las comunicaciones de la canciller Merkel, por ejemplo. Lo que dijo es que ha dado instrucciones de que no espíe a los jefes de gobierno aliados, "salvo que exista una urgente necesidad nacional", de Estados Unidos, se entiende. Y eso, cuando se trata de sus propios colegas, porque en el caso de los ministros de Asuntos Exteriores o de sus embajadores, por ejemplo, no dijo ni palabra. Tampoco prometió que no se vayan a interferir las comunicaciones de las grandes empresas europeas o asiáticas. Simplemente pidió que se le crea cuando afirma que el objetivo de ese espionaje no es favorecer a los sectores comerciales norteamericanos. Ni tan siquiera aclaró si los sistemas de encriptado que venden las empresas de Estados Unidos nacen ya agujerados a conveniencia de la NSA.

Lo que quede perfectamente claro es que la Agencia seguirá controlando globalmente centenares de millones de comunicaciones de ciudadanos normales, en cualquier lugar del mundo, Estados Unidos incluido.

Es realmente curioso que nuestros dirigentes políticos se atrevan a plantear tranquilamente su derecho a la privacidad frente a un paparazzi. ¿De qué privacidad hablan? ¿Cómo se pueden combinar el espionaje global que ejerce Estados Unidos, y el mismo concepto de intimidad de un ciudadano normal? Esta es una época realmente rara.