La chica que siempre decía que sí
Bajo esa premisa, Dawn Landes ha guiado una carrera que toca distintos palos y que abarca desde la producción a la ingeniería de sonido, además de participar en varias bandas. La joven artista tampoco tuvo miedo a fundar -junto a dos amigos- su propio estudio de grabación y sus viajes por el mundo han dado color a unos álbumes que saltan del rock al pop, pasando por el folk y la canción francesa. Además, cuando Landes canta suele salir el sol. Hagan la prueba con alguno de los cinco álbumes que ha publicado desde 2006, el último -'Bluebird' (Western Vinyl)- acaba de llegar a las tiendas.
La dulce voz de esta chica de 34 años ha aparecido en series y en películas y ha acompañado sobre el escenario y en el estudio a coetáneos como Andrew Bird, José González, Feist, Will Oldham o Josh Ritter, con quien estuvo casada. Landes es además una excelente ingeniera de sonido y una gran productora. Una chica todoterreno que acaba de editar uno de esos álbumes con poderes tan únicos como conseguir las nubes huyan con canciones tan redondas como ‘Bluebird’, ‘Diamond rivers’ o ‘Love song’, donde toca el piano Norah Jones.
El talento de Landes, que comenzó escribiendo, interpretando y encargándose del sonido y la producción de sus primeros álbumes, se muestra en un abanico musical y en un atrevimiento que le permite salirse de etiquetas y firmar con la misma soltura álbumes de rock que de folk o de baladas en francés, como el seductor ‘Mal Habillée’. Todo con gran elegancia y con una voz hipnótica con la que Landes ha conseguido hacerse un hueco en la escena musical neoyorquina. Y siempre siguiendo la máxima de Richman, un consejo gracias al cual Landes ha hecho cientos de cosas, sin pensar, por avanzar, porque todo en esta vida es aprendizaje, una oportunidad de hacer cosas que nos reportarán una experiencia. Esa filosofía ha ayudado a la cantante a tomar decisiones como abandonar Kentucky por New York y más tarde irse a vivir en París, donde escribió 'Sweet heart rodeo'.
El mismo año que abrió sus puertas Saltlands llegaba a las tiendas 'Straight lines', el disco que presentaría en sociedad a Dawn Landes y que se expandía por YouTube gracias a una versión del 'Young folks' de Peter, Bjorn and John. Luego llegaría el aclamado 'Sweet heart rodeo' y por no decir que no que a unas amigas en 2011 se unió a The Bandana Splits, un trío de chicas inspirado en las Ronettes y que ese año editó el divertido 'Mr Sam presents the Bandana Splits'
La última entrega de Dawn Landes es su trabajo más intimista, un álbum que refleja sus ganas de seguir adelante tras su divorcio y que en cierta medida es su respuesta al álbum de su exmarido, ‘The beast in its tracks’. Landes lidia con la separación en la triste y esperanzadora ‘Cry no more’, o en la melancólica ‘Love song’. El disco se cierra con una de sus mejores canciones, ‘Home’, un tema que habla de la soledad tras la separación, del no tener un sitio al que llamar hogar o a alguien junto al que cobijarse. Un disco más personal que sus predecesores, más pausado pero sobrecogedor y hermoso, capaz de hacer salir el sol, que no es poco.
