La noche de la tele

Podríamos apostar sobre seguro a que el debate electoral de esta noche en Televisión Española no será líder de audiencia. Sin embargo algunos vamos a verlo, yo desde luego lo voy a ver porque creo que merece la pena, que tiene valor, no ya político o informativo, por descontado, sino incluso cívico.

Sobre todo para poder opinar después. Porque a ver, uno a estas alturas, me imagino que como muchos oyentes, está bastante contaminado por el escepticismo, decepcionado por costumbres nefastas que han colonizado la vida pública, pero no desengañado de la política. Yo no lo estoy, para nada. Y es más, creo que Miguel Arias Cañete y Elena Valenciano tienen hoy una oportunidad para dignificarla.

Ojalá que sepan aprovecharla. Aunque para ello deberían olvidarse un poco de argumentario oficial, de gestos teatrales, deberían pasar -o al menos no seguir a pies juntillas- las consignas que seguro les habrán marcado sus asesores en el sentido de "tienes que colar estos mensajes" y en definitiva brindarnos un cara a cara fresco, espontáneo, un debate de verdad.

Porque además hay mucho en juego: de entrada, convencernos de que Europa es un terreno clave para nuestro futuro, que lo es, y que por lo tanto el 25 de mayo es una fecha importante. Y por otro lado, demostrarnos que no son iguales, que PP y PSOE, aunque sean protagonistas de un bipartidismo asfixiante en muchos casos, tienen programas distintos, aportan ideas distintas y por lo tanto no son lo mismo.

Todo eso, en mi modesta opinión, sería lo deseable que ocurriera esta noche, aunque he de confesarles que confío más bien poco en que suceda. Así que para comprobarlo yo estaré viendo la tele pero entenderé perfectísimamente a quien opte por la abstención.