Los rodajes en zonas rurales atraen al turismo cinematográfico

"Hemos conseguido una publicidad que nunca hubiéramos podido pagar". Ainara Abete es guía de las cuevas de Zugarramurdi, un enclave situado en el noreste de Navarra y que ha saltado a la fama gracias a la película Las Brujas de Zugarramurdi. Abete asegura que debido a la aparición de las cuevas en la gran pantalla, las cifras del turismo la pasada Semana Santa casi se han "duplicado".

En 2013 visitaron las cuevas algo más de 4.000 personas y en la Semana Santa de 2014 han sido casi 8.000. La llegada de turistas a pequeñas zonas rurales como Zugarramurdi, localidad que tiene cerca de 200 habitantes, supone importantes beneficios económicos. "Cualquier sitio puede ser lugar para un rodaje, en España se ha producido un efecto de deslocalización", señala Carlos Rosado, presidente de la Comisión de Cine Española.

Los efectos económicos que supone un rodaje saltan a la vista. Desde que el equipo de producción llega a la zona comienzan los gastos. Pero estos efectos son "limitados", según Rosado. "Los importantes para un lugar pequeño o poco conocido se producen en el momento en el que las imágenes salen en pantalla". El presidente de la Comisión de Cine asegura que estos últimos efectos tienen una vida muy larga. Una obra audiovisual tiene un "potencial de espectadores muy grande".

La guía de las cuevas de Zugarramurdi revive entusiasmada los días del rodaje. Explica cómo los vecinos del pueblo y de los alrededores se volcaron con la película y señala que desde que comenzó el rodaje, en septiembre de 2013, los primeros turistas curiosos empezaron a aparecer. "Muchas niñas venían a ver a los protagonistas (Mario Casas y Hugo Silva)".

Otro ejemplo de este turismo cinematográfico que llega a zonas rurales se ha producido en Leitza, localidad de unos 3.000 habitantes. Quizá no les suene de mucho este municipio Navarro, situado al noroeste de la Comunidad Foral, pero fue allí donde se rodaron varias de las escenas de la ya famosa 8 apellidos vascos. Un largometraje que narra el amor entre un chico sevillano y una joven vasca. Juan Mari Barriola es concejal de turismo en Leitza y señala, que aunque no tienen cifras oficiales, el goteo de turistas es constante y eso "genera importantes beneficios al pueblo".

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Un estudio de la Comisión de Cine Española señala que la rentabilidad que supone para un territorio la producción y el rodaje de obras audiovisuales ha generado en muchos países la creación de políticas fiscales en forma de Tax Rebate. Se trata de descuentos que se aplican a los productores de una obra audiovisual.

"En España, la ausencia de este tipo de incentivos generan una pérdida de en torno a unos 900 millones anuales", apunta Rosado. Según el estudio, por cada euro publico cedido se obtiene un impacto directo de 5,25 euros, y un impacto total (incluyendo el directo) de 15,25 euros.

El Ministerio de Industria y el Ministerio de Cultura han firmado un protocolo de actuación de fomento del turismo cultural y, según señala Rosado, dentro de ese documento se incluye la promoción del turismo cinematográfico.