El juego interior del Madrid iguala la serie
La superioridad de los hombres altos, más la capacidad de Rudy y Chacho, desbloquea un segundo partido (87-78) que iguala la serie antes del Palau
Ocasión para el Real Madrid de revertir la situación. Un equipo sobresaliente toda la temporada, capaz de romper de nuevo la naturalidad de la serie en el Palau, pero con la necesidad de empezar a darse argumentos ya, desde el segundo partido. Y por necesitar, los hombres del lesionado Laso (se rompió el tendón de Aquiles durante el primer partido), necesitaban recuperar su posición de autoridad en el baloncesto español, tras una actuación defectuosa en los momentos decisivos del pasado jueves.
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Con esta idea, el conjunto merengue capitalizó los dos primeros cuartos del encuentro. Iniciados tímidamente por ambos equipos pero con más acierto blanco en las muñecas de Rudy y Darden (cinco puntos para cada uno). Las dudas pronto quedaron atrás, espoleadas por el intercambio de triples entre Navarro y Rudy que revolucionó el choque por momentos.
La segunda personal de Tomic producía un desajuste en el quinteto de Pascual, que no daba con el cinco idóneo. A eso se sumó una activa defensa blanca de la que emanaba un reguero de pérdidas visitante, una tras otra sin que nadie pusiese fin, y que dejaba un parcial de 10-0 local. Salvo Navarro, el lanzamiento exterior tampoco era la llave de los culés que buscaban el banquillo con un duro 24-14.
El segundo parcial llegó unido a una pequeña reacción culé, con Lampe y Abrines tomando un protagonismo impensable hace no tanto tiempo. 28-22 que parecía encerrar el marcador en un pabellón que volvía a tener problemas con la luz, por segunda vez consecutiva. Sin embargo, el Barcelona estaba más cerca de lo que su juego decía. Tomic estaba desaparecido y Abrines tomaba demasiados tiros, fruto de su confianza, pero con malos porcentajes.
Al descanso se llegó con la espectacular aparición del mejor hombre de la primera parte, Salah Mejri. El tunecino intimidaba con el poder de los mejores pívots NBA, dos tapones a Papanikolaou y Nachbar seguidos, más 8 puntos y 6 rebotes que facilitaban la estirada del Madrid (40-30). Los jugadores enfilaban el camino de los vestuarios con clara superioridad merengue en el juego interior (26 -15, en rebotes) y Bourousis también muy destacado con 13 de valoración.
Salida en tromba con 4 puntos de Rudy, un reverso en penetración excepcional que demostraba una vez más el talento infinito de un jugador solo lastrado por la longitud de su lengua. Siempre activa en la protesta. La fuga del Madrid se encaminaba ya al último muro de la prisión azulgrana y ni el triple de Nachbar (sus tres primeros puntos, tras los 17 del primer encuentro) podía pararla.
El festival de Rudy ya era antológico, con 12 puntos en 7 minutos y todo el equipo culé incapaz de resolver su baloncesto. La última canasta sobre una pierna, cuando el reloj apretaba, desesperó al gran Navarro, impotente ante lo que él ha hecho tantas veces. La única noticia 'positiva' para los blaugranas es que Rudy se sentaba en el banco, dolido tras esa acción. Una rémora para el grupo de Laso que en 2 minutos se dejó remontar del 54-39 hasta el 56-51. Increíble siesta del Madrid que daba aire al Barcelona.
El equipo azulgrana buscaba la del primer partido: llegar con opciones a los últimos minutos. Pero el tanteo bajo que pronosticaban los tres primeros cuartos se atragantó con la exhibición global del último periodo. Las seis primeras canastas en juego, seis triples, con Oleson resistiendo a los francotiradores blancos, comandados por el Chacho. El jugador de Alaska se cuadró con un gran tapón a su espejo, Carroll, y dejó una bandeja a la carrera (69-62). Cuando más apretaba el Barça, llegó el apagón. Tres acciones seguidas sin ver aro, utilizadas por el Madrid para alcanzar otra vez los diez de ventaja.
Pero si algo está demostrando el equipo catalán en esta serie es que puede perder pero nunca tirar el partido. Triple de Nachbar y dos puntos más de Huertas hasta el 80-74. Tiempo muerto de Laso a falta de un minuto que se antojaba decisivo. Así fue. La siguiente acción desniveló la balanza, una entrada de Sergio Rodríguez que cedió para el triple de Darden. En los pasos del base canario se llevó por delante a Nachbar pero los árbitros no pitaron nada.
El Barcelona siguió remando hasta que el 2+1 de Felipe Reyes negó su valiente intento. La lucha quedaba para los partidos del Palau. Al final 87-78 para el Real Madrid que iguala una gran serie de baloncesto, no hay más que ver el parcial del último cuarto, 29-27. En esta ocasión, el juego interior blanco y la administración final de las ventajas por Sergio Rodriguez fueron las claves. Dos más en una final que está brillando en cada jugada. Barcelona toma el relevo.
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