¿De quién son los datos de empleo?

Es difícil que la ciudadanía, al margen de los parientes próximos, conozca el nombre de un solo secretario de Estado. Excepción hecha de Engracia Hidalgo, archiconocida por ser la encargada de dar la cara mes tras mes para dar a conocer los negros datos del paro durante la crisis. La ministra de Empleo no estaba para eso. Pero las cosas han cambiado. Ahora que las cifras, aunque pequeños brotes en el secarral, son positivas, Fátima Báñez se ha vuelto a encarnar.

No solo los comenta a posteriori, también los adelanta. Hoy ha dicho en el campus de verano de la FAES que los datos que conoceremos mañana serán positivos en afiliación a la Seguridad Social, acumulando "10 meses creando empleo neto en términos de afiliación desestacionalizada", frase para desencriptar. El mes pasado fue Rajoy el que adelantó la buena nueva ante los empresarios del Círculo de Economía de Sitges, y hace poco menos de un año fue Maria Dolores de Cospedal la encargada del avance informativo, sin que se le conozcan responsabilidades en el gobierno central. En fin, tampoco es que hayan desvelado un secreto de Estado, pero en democracia las formas cuentan. Y ni el dinero público ni los datos públicos debieran usarse interesadamente por quien tiene información privilegiada.