Gracias por venir, si necesitas sexo, mi mujer estará encantada de complacerte

Hay vida más allá del matrimonio tradicional y monógamo. Desde parejas que se prestan a intercambios y comparten orgías hasta culturas que ofrecen mantener relaciones con sus mujeres como muestra de gratitud. Creencias religiosas aparte, amor y pareja no son conceptos cerrados y encontramos múltiples interpretaciones en todo el mundo que demuestran que, si hay verdadero consentimiento por las dos partes, todo vale.

Chica conoce chico, se enamoran, mantienen una relación de noviazgo, se casan, tienen hijos y se guardan fidelidad eterna. Cuando nos leían cuentos antes de dormir se olvidaron de contarnos que también había princesas que decidían, por voluntad propia, compartir a su príncipe en una fiesta de intercambio de parejas o que se podían divertir en una orgía sin que eso tuviera repercusiones negativas en la convivencia de su feliz hogar familiar.

En el mundo real encontramos un ejemplo claro en los llamados swingers, cuya concepción de la vida sexual es muy distinta a la monogamia tradicional. Se basa en el intercambio de pareja y consideran lícito mantener relaciones entre ellos mientras un tercero observa, invitar a ese tercero a participar, o acostarse con otra persona mientras su pareja hace lo propio. Parten de la base de que incluir a un tercero en la relación sexual mejora su vínculo y evita males mayores, como la infidelidad no consentida.

Esta forma distinta de concebir las uniones sentimentales o sexuales no es exclusiva de este tipo de colectivos. Hay lugares en los quela pareja abierta está instaurada en su tradición cultural. Algunos pueblos árticos, como los esquimales, dan tal importancia a la hospitalidad con los visitantes que llegan a ofrecer a su propia mujer en señal de gratitud, pero lo hacen con cualquiera, lo consideran un privilegio. Ellos lo ofrecen, sí, pero normalmente son ellas las que deciden si quieren o no. Las mujeres esquimales son valoradas por su capacidad de trabajo y sus compañeros respetan su libertad sexual. Las comunidades esquimales están formadas por un número muy reducido de personas, por lo que estas prácticas sirven para aumentar la variedad en sus relaciones y favorecen la perpetuación de sus miembros. Igualmente practican el intercambio ritual de parejas, aunque siempre con fines religiosos y con el conocimiento delangekok, su chamán.

No hay que irse tan lejos ni pasar tanto frío para encontrar ejemplos de personas que conciben la vida en pareja de otra forma. La actriz Tilda Swinton ha llegado a vivir con su marido veinte años mayor y su amante, diecisiete años más joven que ella. Incluso acudió a una entrega de premios con él mientras su marido se quedaba en Escocia cuidando de los niños. Si bien es cierto que ella no tiene problema en mostrar públicamente este peculiar estilo de vida, sabe que choca con las creencias norteamericanas más conservadoras, por eso ha preferido seguir en un pueblo de su Escocia natal y se traslada sólo para los rodajes.