Viajando por la vida

La periodista Ana Mansergas va a acompañarnos en el SER Aventureros durante el mes de agosto, cada semana nos contará un nuevo capítulo de su aventura y además escribirá una carta viajera donde irá narrando su experiencia. Esta es la primera.

Querido viajero:

Como ya sabes estoy viajando por África varios meses. Causas ajenas a mi voluntad me obligaron a tomar un vuelo el pasado mes de junio rumbo a Ethiopia desde Kenia, Lamu, donde estaba viviendo varias semanas. Motivos personales me llevaron a tomar un permiso en la radio, aparcar por un tiempo mi carrera como periodista, dejar de dirigir el programa "A vivir que son dos días. Comunitat Valenciana" que tantas alegrías me daba, y emprender un nuevo reto por un tiempo.

Un reto que pasa por la casa de acogida Anidan y la Fundación Voces. Un reto que trabaja la cooperación cultural. Un reto que defiende el arte y la cultura como herramienta de desarrollo. Un reto que hace felices a muchos niños y más , si cabe, a mi. Los niños de Anidan han sido el motor de toda esta nueva aventura.

Mi aventura estaba diseñada de otra manera. Vivir en Kenya, en Lamu, en la casa de acogida Anidan por 9 meses; pero la ola de atentados que sigue amenazando la costa de Kenya , sobre todo Lamu, me ha obligado a salir de la isla. Empezaba otra nueva aventura que seguía lejos de volver a España. Una aventura que sigo viviendo a día de hoy. Una aventura que me ha llevado a viajar sin planificar, a tener que improvisar, a viajar sin planes, a viajar sin guía, a experimentar... a vivir Etiopia, Egipto, Mozambique... Una aventura que me va a llevar a conocer la ruta del Río Perdido en Zimbawe y Botswana con la profesionalidad de Kananga. Una aventura "forzosa" que está abriendo mi mente y todo un mundo tan nuevo para mi como antiguo en el tiempo, el africano. Un gran desconocido para mi. En los 10 años que llevo viajando de manera intensa y menos convencional , siempre encontraba excusas para no viajar a África y marcharme a Latinoamérica o Asia. África me imponía demasiado, le tenía demasiado respeto como para venir sin una causa de fuerza mayor. Mi ignorancia "africana" ha hecho que haya estado 10 años perdiéndome África. Ahora tengo que recuperar el tiempo perdido.

Frente a Baobab Beach me pregunto cómo he llegado aquí y cuando me paro a pensar me doy cuenta que lo desconozco. Son un cúmulo de despropósitos y casualidades que han hecho que hoy este aquí sentada, contemplando esta maravilla, el atardecer, desde una de las playas preciosas de Mozambique. La vida que respiro en esta playa es habitual en este país. La vida se vive y se entiende de otra manera. ¡Bendita manera!

Baobab Beach es una playa de aguas azul turquesa y arena blanca... Una playa llena de pescadores que con sus barcas de madera se lanzan al mar en busca de la comida del día...una playa donde las mujeres y los niños esperan la llegada del pescado para limpiarlo y venderlo en el mercado...un mercado típicamente africano con muchas más oferta que demanda, donde todo es susceptible de venderse... Mi mentalidad europea hace ver frente a mi un mercadillo caótico , desordenado , un sinsentido pero lo tienen perfectamente organizado... Con sus áreas y su orden... Al más puro estilo africano que empieza a no resultarme tan extraño después de tantas semanas viajando.

Salí de España en Mayo. Fue dura la decisión y muchos los miedos que me impedían hacerlo, pero decidí que estos miedos no me paralizaran y me dejaran cumplir una de mis sueños. Así qué con mochila y maleta subí en un avión rumbo a Lamu. Una maleta cargada de ilusión y de miedos como es normal en estos casos. Llevaba mucho tiempo preparando este viaje y nada ha salido como esperaba, ha sido mucho mejor...

No podría destacar un lugar frente a otro. Todos están siendo maravillosos... Desde las montañas de Tigray en Etiopia, los templos de Lalibela, sus etnias en el Omo Valley, navegar por el Nilo en Egipto, o descubrir la costa de Mozambique... Cada lugar es especial, único y maravilloso. Imposible elegir.

Y aquí sigo, viajando por la vida. Abriendo mi mente, disfrutando de cada una de las experiencias que me ofrecen los días, cuestionando cada día más los sistemas y modelos de vida que existen y dándome cuenta que mi mundo es muy pequeño; el mundo sigue siendo mucho más grande y distinto de lo que imaginaba. Sólo espero seguir descubriendo rincones en este continente que sigan siendo tan especiales y diferentes... Porque un mundo así de distinto y variado es maravilloso. Es el mundo que yo quiero vivir. Heterogéneo y lleno de vida... que le de sentido al placer de viajar.

La semana que viene más...