Mete un famoso en tu cama...o imagínatelo
Los personajes públicos también hablan de sexo y muchos han confesado sus fetiches y fantasías...y nosotros se lo agradecemos
Primer plano de la actriz Scarlett Johansson durante el estreno de 'Under the skin'(EFE)
Todos nos hemos planteado qué pasaría si practicásemos sexo en un lugar público o cómo sería en la cama el dependiente de una tienda que, por alguna razón, ha despertado nuestra curiosidad. El sexo gusta, a todos, y cada vez es más frecuente que nos atrevamos a hablar de lo que nos atrae, lo que nos pone y con quién nos hemos visualizado en la cama. Los famosos también fantasean y ponen en práctica sus deseos, y aunque en algunos casos ellos juegan con este tipo de declaraciones para generar interés o alimentar su fama, ¡confesémoslo!: nos encanta saber con qué sueñan, qué les excita y cómo se lo montan los más conocidos.
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Si hubo un momento en el que para ser respetado en Hollywood debías aparentar mojigatería, ese momento pasó, no cabe duda. Nos gusta saber qué hacen, con qué se excitan y con quién se han imaginado practicando sexo los actores, cantantes o personajes conocidos. No sólo no es necesario que las celebrities oculten sus fantasías, perversiones y secretos de alcoba, es que si se atreven a hacerlas públicas, saben que van ganar popularidad y que, en cierta forma, ese detalle puede hacer que mucha más gente se sienta identificada con ellos, aunque a la mayoría le cueste reconocerlo.
Una de las mujeres más deseadas del mundo, Scarlett Johansson, regaló a sus fans una confesión en Playboy que, sin duda, ayudó a alimentar, aún más, las fantasías en torno a ella. Contó que le excitaba la idea de practicar sexo en la parte trasera de un coche, sin llegar a concretar si lo había llevado a la práctica o no.
El riesgo de ser pillado in fraganti
Los probadores de las tiendas de ropa son un buen escenario para imaginarnos en el aquí te pillo aquí te mato más inesperado. El morbo de ser pillado en un lugar público fue también lo que llevó a Kristen Dunst a meterse en el cambiador de una tienda con la que era su pareja en ese momento, Jake Gyllenhaal, una escena que seguro hubiera sorprendido a la dependienta si hubiera decidido acercarse a preguntar qué tal le sentaban las camisas en ese momento.
Cameron Díaz no tuvo problema en afirmar que uno de sus fetiches era acostarse con desconocidos en el baño de los aviones. Esta afición por practicar sexo en lugares públicos con extraños se llama Dogging y es la misma que le ha jugado más de una mala pasada a George Michael, al que han detenido dos veces al pillarle en un baño público con otro hombre.
Fantasías con el sexo opuesto y BDSM
Katy Perry saltó a la fama cantando aquello de "I kissed a girl and I liked it" (He besado a una chica y me ha gustado) situándose de forma inmediata en los primeros puestos de las fantasías de todos aquellos que sueñan con acostarse con dos mujeres a la vez. A partir de ese momento hubo un aluvión de ídolos teen que confesó haberse imaginado acostándose con otras. Así, Kim Kardashian dijo fantasear con Megan Fox, la que a su vez, hacía lo propio con Angelina Jolie. Un lío, vamos.
Otras celebrities tiran más al mundo del BDSM, como Rihanna, que en una entrevista a Rolling Stone lo dejó claro: "I like to be spanked. Being tied up is fun." ("Me gusta que me azoten. Que te aten es divertido") De hecho uno de sus grandes éxitos está dedicado a estas prácticas y seguro que ha ayudado a que más de uno se la haya imaginado en sus rodillas recibiendo unos azotes.
Eva Longoria puso cara y cama a la fantasía de tener sexo con el jardinero cañón mientras su marido estaba trabajando. Lo hizo en la ficción de Mujeres Desesperadas y gracias a eso pudimos ver a la actriz ejercer de loba insaciable en el baño, en la ducha y en cualquier rincón de su espectacular mansión. En la realidad, la actriz se moja, pero sin arriesgar. Aunque sin duda es más sofisticado reconocer que te encanta utilizar pañuelos de seda para que te aten en la cama, seguro que sus fans se quedaron un poco a medias y con ganas de imaginársela en situaciones un poco más sucias.
Fantasías de ayer y hoy
Que ahora se hable de ello no significa que sea algo nuevo. María Antonieta se volvía loca con las ostras por su poder afrodisíaco. Así llegó a construir un criadero propio para poder tener siempre disponible este sugerente manjar. De la misma manera que Giacomo Casanova presumía de comer cincuenta de estos moluscos al día y, a poder ser, utilizando el pecho de las mujeres a modo de plato.
