Los guardianes de la aventura

Madrid

Cada verano, los teléfonos de los diversos equipos de rescate repartidos por la Península no paran de sonar. Las llamadas de emergencia son prácticamente diarias, asiduidad debida al gran número de imprudencias que no sólo ponen en peligro a quienes las cometen, sino también a los guardias civiles que llevan a cabo los rescates

La primera semana de septiembre siempre es sinónimo de síndrome post-vacacional. Sin embargo, son muchos los que han pasado el verano trabajando, a veces, incluso más de lo habitual. Los equipos de rescate de la Guardia Civil son un gran ejemplo de ello. Y si bien su actividad es frenética durante todo el año, también es cierto que en verano, con la llegada del calor y los cielos despejados, aumenta considerablemente rozando muchas veces el límite de lo peligroso.

El trágico desenlace del rescate en la montaña leonesa de La Polinosa, sucedido el pasado 24 de agosto, en el que perdían la vida tres guardias civiles al estrellarse su helicóptero, ha puesto a estos profesionales en el punto de mira.

En este programa, como su propio nombre indica, nos encanta la aventura. Y no se puede negar que las historias de personas, muchas veces anónimas, que se embarcan en hazañas prácticamente irrealizables, suena atractivo a cualquier oído. Pero esta vez hemos querido centrar la atención en un foco algo distinto. Porque ser aventurero, aún con sus riesgos, es siempre más seguro si sabemos que hay un equipo de profesionales detrás, preparado para sacarnos del atolladero si algo se complica.

El próximo programa contaremos con Antonio Useto, Capitán de los equipos de rescate de la Guardia Civil en Huesca. Cada año, la zona de Benasque se vuelve un gran reclamo para el turismo de montaña cuando llega la temporada de buen tiempo. Y con los turistas llegan muchas veces los accidentes que requieren la ayuda de estos equipos.

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Con él hablaremos de su labor y de cuáles son los peligros que conlleva el fiarse de un terreno que, si no se es un profesional, muchas veces puede jugar una mala pasada. Porque la aventura también requiere de responsabilidad, por poco atractivo que a algunos les suene.