Comer de fiambrera en el trabajo
- En cualquier caso, a la hora de comer en plan fiambrera sería casi imprescindible pensar en una especie de plato combinado, al menos así lo observa un servidor.
- Con este punto de partida, la primera recomendación, como si en tu casa comieras, sería la de pensar en incluir una importante presencia de productos vegetales (crudos o cocinados) sabiendo que en esta situación además es una “comida de trabajo” y no se trata esta de una cuestión baladí, ya que al poco tiempo habrá que volver “al tajo”.
- A continuación, el resto de ingredientes pensando en una alternancia de ingredientes que en forma de ejemplo semanal de lunes a viernes, más o menos, fuera como la que sigue: Pasta integral-pescado-arroz integral-carne-legumbre… y vuelta a empezar la semana siguiente.
- ¿Te faltan ideas? Sí así es, mal andamos. Te lo digo porque este tipo de planificación es, como decía, relativamente imprescindible en un día a día “casero”. La extensión de este tipo de artículos no da para demasiadas florituras, así que te sugiero que te hagas con un buen recetario que te ayuden a sacar ideas. No obstante, aquí van unas cuantas ideas: Pasta:Macarrones con salsa pesto y trigueros y judías verdes salteadas; Espaghettis con gambas al ajillo; Cuscús con verduritas al curry; Lasaña de espinacas; Fusilli con hortalizas, caballa y encurtidos en ensalada… y así un casi infinito etcétera; Arroz: Arroz con bacalao; Arroz tres delicias; Arroz con setas, Paella; Ensalada de arroz marinera; Arroz con borraja y almejas… y otro larguísimo etcétera; Legumbres: Lentejas (o garbanzos) con arroz; Garbanzos con espinaca y huevo duro; Ensalada de judías blancas, tomatitos, encurtidos y olivas negras; Lentejas estofadas con chorizo y verduras; Garbanzos con langostinos… y más etcétera; Carne: Estofado de ternera a la jardinera; Pimientos rellenos de carne; Cerdo agridulce con verduras al horno; Ensalada de perdiz escabechada; Alitas de pollo a la mostaza…; Pescado: Rape a la marinera; Merluza en salsa verde o a la romana; Salmón, Txipirones o calamares en su tinta (acompañados de arroz, claro está); Sepia al ajillo con su ensalada…
- Para las ensaladas, o más bien para sus aliños, es interesante que te lleves este aparte (en un botecito) y que aliñes en el momento de comer.
- Para el postre no hay que romperse mucho la cabeza, fruta de temporada… todos los días (o casi todos).
- Una mochila o bolsa térmica, no para conservar en caliente los alimentos, sino para todo lo contrario, conservarlos en frío, que para ello te has preocupado, espero, de guardarlos así en su correspondiente recipiente; también una serie de “tuppers” o fiambreras propiamente dichas especialmente indicadas para su uso en el microondas; sin olvidarnos de las correspondientes placas enfriadoras (de esas que se guardan en el congelador listas para su uso; además un termo: te solucionará la posibilidad de incluir tanto cremas frías (tipo gazpacho, vichyssoise…) como sopas calientes .
- A mitad de camino entre la planificación y la seguridad, y por cuestiones prácticas supongo que lo más frecuente es que preparares tu menú de víspera, así pues una adecuada refrigeración es imprescindible (antes de que a la mañana siguiente introduzcas esos recipientes en tu mochila o bolsa isotérmica).
- A la hora de preparar los alimentos es imprescindible que observes las mismas medidas de seguridad que si fueras a comer esos alimentos en tu casa. Por ejemplo: lávate las manos y las superficies de trabajo antes de comenzar a cocinar; y prepara o separa raciones adecuadas a tus posibilidades “comedoras”.
- No se te ocurra reaprovechar las sobras. Si la comida de fiambrera ya entraña per se ciertos riesgos desde el punto de vista de su seguridad alimentaria, el tema de las sobras es caso aparte. Siento mucho así decirlo, y mira que me… fastidia, pero deshazte de ellas… de ahí la importancia de la planificación de las raciones.