Que se pongan a trabajar

El gobierno ha decidido hoy impugnar también ante el Tribunal Constitucional la pseudo consulta catalana del 9 de noviembre, lo que Artur Mas llama proceso Participativo. A la impugnación le seguirá la suspensión y a poco más de una semana de esa fecha la gran pregunta es ¿y ahora qué hacemos? ¿qué hacen los ciudadanos ante la persistencia del gobierno central de impugnar cualquier iniciativa que llegue de la Generalitat y la persistencia del gobierno catalán de seguir manteniendo la ilusión de una consulta imposible? Esta misma tarde Artur Mas ha reiterado que el operativo del proceso participativo se mantiene.

Porque el guion hasta aquí es el previsible, cada uno a lo suyo pero es que al final habrá que hacer algo con la gestión de los miles de ciudadanos que quieren que se les pregunte, con la posibilidad de unas elecciones plebiscitarias que desemboquen en una declaración unilateral de independencia. Habrá que hacer algo, en definitiva.

Hay algo que parece evidente, que el statu quo actual ya no sirve, que algo hay que cambiar empecinarse en tocar hasta la última nota de la partitura prevista es cansino. Deberían dejar de tocar y empezar a trabajar.

España se encuentra sumida en la peor crisis económica, asfixiada por la corrupción e instalada en la indefinición de su modelo territorial a la que muchos catalanes reclaman una salida. Porque no empiezan a buscar soluciones a las cosas, cada cual con su competencia, con el diálogo y la negociación como base principal herramienta de trabajo.

Los problemas se amontonan sobre la mesa sin que se dé salida a ninguno. Durante mucho tiempo se ha hablado de los tiempos del presidente Rajoy de su manera de gobernar y de hacer las cosas, quizás al final es todo mucho más sencillo, quizás al final es simplemente incapacidad para hacer su trabajo. Su incapacidad y la de Artur Mas atrapado en un bucle y enrocado en una consulta que no tiene ningún recorido más que la demostración de la capacidad de movilización.

Que paren ya y se pongan a trabajar porque este país está al límite y ya no soporta más. Nos enfrentamos la semana que viene a otra semana terrible, con el desfile de corruptos en juzgados, con la cuenta atrás del 9-N, con los partidos asustados por lo que pueda decir el CIS, con el Congreso maniatado por la mayoría absoluta del PP. El desconcierto es monumental. Que se pongan a trabajar, insisto.