Un gran desastre

Madrid
Ya está. Éste es el choque de trenes que tanto temíamos. Artur Mas desobedece la orden de suspensión del Constitucional y además lleva a los tribunales al gobierno central. La situación sólo podría empeorar si a alguien el domingo se le ocurre emprenderla a palos.
Ahora solo falta la foto que dará la vuelta al mundo: la foto de la muchedumbre a la que no se deja votar. Artur Mas dirá que esa foto es su victoria. Rajoy dirá que ha ganado la ley.
El hecho es que hemos asistido al gran fracaso de la política. Cataluña está más lejos que el año pasado y las posiciones se han enconado. El resultado es un desastre
Para un gran número de catalanes España es solo el antagonista en un litigio jurídico. Es un adversario. Para algunos incluso un enemigo. Para un gran número de españoles, Cataluña es ya solo un antagonista, un adversario. Para algunos incluso, un enemigo. Los vínculos de afecto, de fraternidad, las complicidades de cara al futuro se han ido diluyendo en estos años desdichados.
Para los aficionados a los juegos de ganadores y perdedores: si en una relación uno quiere separarse y el otro mantener la unidad, ¿quién diría usted que está ganando si ya no se hablan y están en los tribunales?




