“Del maltrato no se sale sola. Hay que pedir ayuda siempre”
La ley que combate los ataques contra las mujeres cumple hoy diez años


Madrid
Antonia huyó de su maltratador desde México, de donde era natural. En Sevilla conoció a Nerea, que había aguantado la violencia de su pareja durante una década. Cruz Morcillo lleva escribiendo para ABC sobre los embates del machismo desde 1998, unos cinco o seis años antes de que el asunto saltara a la agenda política. Carmen Fouces, concejala, ha intentado enseñarnos a prevenir los golpes empapelando Pontevedra con insultos contra las mujeres. "De esto no se sale sola. Hay que pedir ayuda siempre" es una de las reiteradas reflexiones con las que estas conversadoras han conmemorado el décimo aniversario de la Ley Integral contra la Violencia de Género. Y juntas, hoy, han recordado este problema.
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'El problema está ahí mucho antes de que lleguen los golpes'
Cuatro de cada diez mujeres europeas han conocido, en algún momento de su vida, algún ataque machista, al menos, psicológico. Una cifra que, quizá, queramos pensar que irrevocablemente bajará con el tiempo: y sin embargo, uno de cada cuatro jóvenes andaluces piensa que la mujer debería permanecer en el hogar. Las cifras y estudios al respecto han abundado a lo largo de los últimos diez años, e indican que la violencia de género, al tiempo que salía por la puerta, entraba por la ventana; el número de víctimas mortales ha bajado, pero las actitudes machistas están cada vez más presentes entre los adolescentes. Entre ellas, también.
"He leído titulares que dejaban mucho que desear. Las mujeres no mueren, son asesinadas", recuerda la periodista Morcillo. Las campañas públicas contra la violencia de género hacen hincapié en que, junto a las denuncias y al rechazo, también es necesaria la educación. De ahí que Fouces, que lleva la cartera de Igualdad en su ayuntamiento, decidiera que ya era hora de mostrar que palabras como puta o cerda son el anticipio de un golpe: y así lo han dejado claro los carteles que la cámara municipal ha dispuesto por Pontevedra. En cualquier caso, quedan lejos los desafortunados tiempos en los que los informativos hablaban de crímenes pasionales y no de violencia de género.
En la última década, los mensajes de las diferentes instituciones se han dirigido tanto a ellos como a ellas. A unos, que entendieran lo que era realmente comportarse como un hombre. A las otras, que salieran volando a la primera señal. Un teléfono gratuito, el 016, recoge las denuncias de quienes padecen o conocen el maltrato. Un Ministerio de la Igualdad, en tanto, se ha creado y se ha destruido. Antonia y Nerea han levantado, entre las dos, Mujeres Supervivientes. Hay otras 757 víctimas que, desde que se aprobó la ley, no han salido con vida de conocer el machismo.




