Veinte años no son nada
Acudimos al cine para recordar a las parejas unidas, o separadas, por las diferencias de edad

Kyle McLachlan e Isabella Rosellini, en 'Terciopelo azul' ('Blue Velvet', 1986).

Madrid
No son pocas las personas que encuentran obstáculos cuando de vivir en pareja se trata: no ya por las diferencias de raza, las dificultades geográficas o la discriminación hacia las sexualidades minoritarias. El tiempo también marca las dolencias de quienes eligen a una pareja sin mirar la edad.
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Las diferencias de edad en la ficción
Mientras, en el mundo que nos rodea, hay ciertas reservas al respecto, el mundo del cine ha elaborado peripecias muy diferentes para aquellas personas cuya edad no se correspondía con las de sus enamorados; tanto en las obras de autor como en las dirigidas al gran público, así como las que partieron de una novela, como fue Lolita (1962) o La flaqueza del bolchevique (2003), o estuvieron inspiradas en historias reales, en el caso de Monster (2003) o Mi nombre es Harvey Milk (Milk, 2008).
La trama de quienes quieren compartir su tiempo a pesar de haber nacido en momentos diferentes se aborda desde la comedia hasta el drama, aunque también reflejando que no todas las pasiones son igual de inocentes ni todas intenciones igual de legítimas: una rica diversidad a la que, quizá, queramos atender antes de elaborar un juicio; y que nos ayude a recordar, también, que hay más realidades que las del hombre mayor y la mujer joven.




