Un ministro, a secas

Cambiar al portavoz en el Parlamento en estos momentos indica que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, necesita mucha más ayuda fuera que dentro de la Cámara. Alfonso Alonso no está especialmente cualificado para hacerse cargo de la Sanidad, pero sí lo está, claramente, para ser miembro del Gobierno y para ayudar al presidente, y a la vicepresidenta, en los difíciles meses que quedan por delante.

Ampliar

Cerrar

De eso se trata; Rajoy no necesita un ministro de Sanidad sino un ministro, a secas, con capacidad de intervenir en el debate político. Un portavoz, no en el Congreso, sino ante los medios de comunicación y ante los electores, alguien que además cuente con la total confianza de su partido y que resulte inatacable ante sus sectores más radicales. Todas esas condiciones las reúne Alonso, que es un político que soportó los años de plomo en el País Vasco y que tiene cualidades para el debate político. No sería extraño que en el futuro inmediato los ciudadanos viéramos mucho más al ministro de Sanidad que a cualquier otro o más incluso que a los desprestigiados dirigentes de su partido, Cospedal y Floriano. Eso que todo el mundo saldría ganando. Alonso se incorpora de golpe a la corta lista de políticos del PP capaces de hacer frente a emergencias. Ojo, a todo tipo de emergencias.