¿Qué es el ‘yihadismo’?

Madrid

"No veo ejemplos claros de democracia en los países del islam, como tampoco los encuentro en Occidente", reflexiona Dolors Bramon, doctora en Filología Semítica. Ha pasado algo más de una semana desde que los atentados en la revista francesa Charlie Hebdo desataran el interés de los medios de comunicación y del público por el llamado yihadismo, que tantas veces aparece relacionado con la violencia y contra el que claman diferentes voces, políticas y ciudadanas, desde que se produjeran los disparos en París.

Sin embargo, tal y como cuenta esta gironesa, "la mayoría de ocasiones en las que el Corán menciona la yihad, este habla de superación personal, de los esfuerzos que hacemos por mejorarnos a nosotros mismos. Rara vez cuenta con un sentido bélico". Al tiempo, las condiciones en las que esta lectura tolera la guerra son estrictas: debe ocurrir entre semejantes y nunca se tocará a niños, ancianos, personas con algún tipo de discapacidad, al igual que se deben respetar los animales, las cosechas y a quienes las cultivan. También es cierto que esa lista contradice el relato de que el libro no menosprecia a las mujeres, ya que en ella figura también esta mitad de la población.

Ampliar

Cerrar

La yihad, basándonos en la experiencia de Bramon, recuerda a ese viaje interior que propone el budismo y que acabaría en el nirvana. "No hay que poner apellidos al terror. El terror lo es y punto. No tiene sentido hablar de terror yihadista. Relacionar los atentados con el islam es como vincular ETA al catolicismo", opina quien ha dedicado buena parte de sus 71 años a estudiar la fe árabe. Sus palabras no son gratuitas: hasta su última edición, terrorista figuraba como una de las acepciones de islamista en el diccionario de la Real Academia.

Aunque son unos 1.300 millones de personas quienes profesan el islam, "es curioso que tengamos que acudir a los expertos para saber algo de él", recuerda Juan José Millás, quien se resiste a acogerse a algunas de las premisas de la doctora. Como anota el escritor, "hablamos mucho del verdadero islam, pero no hay un solo lugar, una sola persona que podamos decir que realmente lo sigue". Un dilema que, rebate Bramon, quizá ocurra también en el resto de religiones. Y como en todas, también, y como suscribe la profesora, ese gesto de anticipación al rechazo que lleva a muchas personas a incluirse en una fe que quizá, de otra manera, les resultaría indiferente.