‘Nightcrawler’ Capitalismo y periodismo, sin remilgos
Jake Gyllenhal da vida a un buscavidas sin escrúpulos
Madrid
Hachazo a la yugular del sueño americano y al discurso de la ambición profesional. El guionista y director Dan Gilroy utiliza a los reporteros gráficos de la crónica de sucesos actual, los nightcrawlers, como metáfora para una implacable reflexión sobre la degradación del capitalismo. ‘Nightcrawler’ es el nombre de los cámaras que sintonizan las frecuencias de la policía y emergencias, y que atraviesan Los Ángeles a toda velocidad para filmar a las víctimas de los accidentes de tráfico y violencia urbana, para luego venderlo al mejor postor entre las televisiones.
Jake Gyllenhaal interpreta a un buscavidas de la noche, un ratero que se apunta a este negocio que hace rapiña con la sangre ajena - las de heridas de bala y huesos descoyuntados- que cotiza más alto cuanto más blancos sean los muertos. Íntegramente rodada por la noche y en solo 28 días, el personaje de Gyllenhaal se transforma desde su condición de marginado social - un autodidacta solitario enganchado a los cursos de internet de emprendimiento empresarial - a un despiadado cámara que pone en práctica y de manera delirante todos lemas de superación aprendidos en You Tube.
‘Nightcrawler’ avanza lentamente con el cámara novato y asciende hasta un ritmo asfixiante de ambición, sangre fía y crueldad que queda envuelta en la manida la letanía del ganador social que venera la cultura americana. Gilroy debuta en la dirección con pulso firme y coherente. Además de haber escrito una magnífica historia merecedora de su candidatura al Oscar en el apartado de guion original, también consigue que el personaje de Gyllenhaal no caiga por el barranco del exceso y que Rene Russo se encarne en una sanguínea directora de informativos dispuesta a todo con tal de llegar a la jubilación.
Resulta ofensivo que la Academia de Hollywood deje fuera de las nominaciones a Jake Gyllenhaal, que ya el año pasado deslumbró con sus oscuras interpretaciones de ‘Prisioneros’ y ‘Enemy’. Quizá Gyllenhaal está recorriendo caminos demasiado inquietantes para el poder, ya que cualquier forma de poder se sentirá señalado por esta película.