Pacto sui generis

Madrid

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el jefe de la oposición, Pedro Sánchez, firmaron ayer un nuevo pacto antiterrorista destinado a modificar el Código Penal e introducir nuevas figuras delictivas, como viajar al extranjero para incorporarse a una organización terrorista o el uso de las nuevas tecnologías para la captación de futuros miembros de esas organizaciones. Lo más importante, sin embargo, no son esas nuevas figuras delictivas sino que al hilo de esta reforma del Código Penal se va a introducir la cadena perpetua revisable, algo que provoca el rechazo de la mayoría de los juristas y constitucionalistas españoles, y que, según el propio señor Sánchez, el Partido Socialista derogará en cuanto ganen unas elecciones. Se trata pues de un pacto sui generis, un poco extraño, puesto que lo que se pacta, una de la partes se compromete a cambiarlo en cuanto pueda.

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No se comprende muy bien entonces por qué PP y PSOE necesitaban este nuevo pacto antiterrorista. En épocas pasadas, se trataba de escenificar la unidad de los dos grandes partidos en su lucha contra ETA y sus bases sociales, pero actualmente no parece que nadie tenga la menor duda sobre la unidad de todo el país contra el terrorismo yihadista. Una unidad que no tiene nada que ver con la cadena perpetua revisable pero que, diga la que diga el PSOE, se aprobará con su voto, puesto que el Código Penal es una ley orgánica y su reforma no es posible sin la mayoría absoluta del Congreso.