Un gran paso, pero no el último

El juez Ruz ha ordenado el procesamiento de 11 mandos militares de Marruecos por delitos de genocidio en el Sáhara Occidental tras la salida de España de su antigua colonia. Delitos que se produjeron entre 1975 y 1992 periodo en el que hubo detenciones ilegales, torturas, asesinatos y desapariciones forzadas.

En el auto, el juez considera un hecho que en este tiempo hubo un ataque sistemático contra la población civil saharaui por parte de las fuerzas militares y policiales marroquíes. El objetivo de estos ataques, dice Ruz, era acabar total o parcialmente con esta población para apoderarse del territorio del Sáhara Occidental.

Y esta vez el gobierno español no va a poder hacer nada para frenar el proceso judicial, para evitar el enfado de Marruecos, para esquivar un conflicto diplomático con un país al que se le tolera casi todo. No va a poder hacer nada porque esa reforma de la justicia universal que aprobó el gobierno del PP para no soliviantar a China, no tiene ningún efecto sobre el auto de Ruz, porque entre las víctimas hay muchas con la nacionalidad española.

Es sin duda una muy buena noticia para la población saharaui sometida desde ese año 1975 al régimen de Marruecos. Los que huyeron siguen malviviendo desde entonces en medio de un desierto pedregoso, que les facilitó Argelia, los que se quedaron han seguido siendo víctimas desde entonces de la persecución, las agresiones y las torturas infligidas por las fuerzas de seguridad de Marruecos, privados de sus derechos más fundamentales.

Hoy llega el auto del juez Ruz. Queda mucho por hacer, todo, ante la mirada impasible de la comunidad internacional, con España a la cabeza, que durante todo este tiempo ha sido incapaz de encontrar una salida al conflicto, pero el auto de Ruz es, seguramente, la mejor noticia que han recibido en mucho tiempo.