Sudáfrica vive una oleada de xenofobia
Parecía algo del pasado, pero no. Sudáfrica vive estos días un nuevo estallido de violencia xenófoba, aunque distinta. En las últimas semanas grupos armados han atacado establecimientos regentados por residentes africanos de otros países.
Varios jóvenes sudafricanos bailan y cantan para pedir a los dueños de negocios de origen extranjero que abandonen la zona / KIM LUDBROOK (EFE)
Madrid
La violencia que vive el país ha provocado, en las últimas semanas, al menos seis muertes. Además miles de extranjeros se han visto obligados a abandonar sus hogares a la espera, en muchos casos, de ser repatriados por sus países de origen.
Muchos sudafricanos acusan a inmigrantes de países como Somalia, Etiopía o Zimbabue de quitarles el trabajo y traer delincuencia al país, y recriminan al Gobierno su supuesta tolerancia excesiva con la inmigración ilegal.
El caso no es ni mucho menos anecdótico, de hecho el presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, decidió este fin de semana cancelar su visita a Indonesia para atender lo que denominó como "problemas domésticos".
El jefe de Estado se reunirá la próxima semana con ministros y representantes de los principales sectores para "fortalecer la coexistencia pacífica".
"Necesitamos que todos los líderes trabajen juntos para que la situación vuelva a la normalidad", declaró Zuma.
Mozambique cierra parte de su frontera con Sudáfrica por violencia xenófoba
Esta ola de violencia, aunque centralizada en la ciudad de Durban, en el este de Sudáfrica, se ha extendido a otras regiones del país. Los altercados han obligado a más de un millar de mozambiqueños a buscar refugio en un centro de acogida instalado de forma provisional en Durban.
La embajada de España en Mozambique ha pedido a la comunidad española que evite viajar por carretera a Sudáfrica hasta que la situación se normalice.
