Se tú el poderoso cuando sea yo la que te salpique la cara

Madrid

Seguro que si hubiera nacido con un rabo entre las piernas a nadie le extrañaría que enfangara la cama. No fui yo la que eligió no disponer de dicha verga salvadora, pero sí la que optó por no concederle exclusividad alguna. Los hombres follan, las mujeres hacen el amor; los hombres empujan, las mujeres permiten; ellos deciden, nosotras elegimos. ¿Quién fue el incauto que esperó que no reventáramos las normas?

Aprendamos juntos a hacerlo aún mejor.

Ya que eres tú el que tiene la panacea, seré yo la que le saque todo su jugo. Apretándola con los labios, que agarrándola con los dedos. Jugando a intentar que me quepa toda entera, que no puedas aguantar cuando me empeñe en lamerla…Sigue; salpica, mójame. Córrete.

Me siento poderosa cuando te corres en mi cara. Solo faltaba que después de alimentarme con las escenas de toda la industria pornográfica, no pudiera sentirme una gran estrella.

Ahora me toca a mí.

Será con los dedos con los que me llevarás al cielo. Es ese cacho de carne que palpita con tu roce, saca tajada de él. No pares; no frenes. Mece y golpéalo al mismo tiempo. Ponme tan cachonda hasta que me pase lo mismo que a ti.

Sé tú el poderoso cuando sea yo la que te salpique a ti en la cara.