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MUERE VICENTE ARANDA

Sus protagonistas eran las mujeres

Ana Belén y Jorge Sanz, actores que trabajaron a las órdenes del cineasta, recuerdan su figura

Vicente Aranda, junto a Ana Belén y Ariadna Gil en el rodaje de 'Libertarias'. / ARCHIVO

Madrid

A los 88 años y con párkinson, Vicente Aranda no pensaba en el final de la vida, sino en la que sería su siguiente obra. O al menos es lo que contaba, hace solo unos días, en una de sus últimas entrevistas; la misma que hoy ha recordado la actriz Ana Belén después de que se conociera la muerte del director. De su mano, la artista acabó nominada al Goya por La pasión turca.  No en vano, numerosas voces esta mañana han reiterado una idea: sus  grandes protagonistas eran las mujeres, en quienes el realizador encontraba a personajes plenos y con aristas.

Vicente Aranda, un cascarrabias de pleno derecho

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Aunque varón, Jorge Sanz también tuvo, junto al autor, algunos de los papeles más recordados de su carrera. Amantes, en la cual el actor pendulaba entre dos mujeres, se llevó los cabezones de la Academia a mejor película y mejor dirección. Aranda nunca entendió que esta fuera su obra más premiada, así como solía discutir con los periodistas, sus productores o, también, con los autores de los libros que él llevaba al cine. Incluso Antonio Gala. "Él tenía derecho a ser un cascarrabias", reitera la intérprete que murió frente a su cámara en Libertarias

Exiliado durante el franquismo, el barcelonés también contestaba a quienes querían que el cine español dejara de contar la guerra civil; una crítica que, años después, también afrontaron los Soldados de Salamina de David Trueba o Las 13 rosas de Emilio Martínez-Lázaro. El rodaje de aquella historia en la que Ana Belén reclutaba monjas y prostitutas para su milicia "fue una aventura. En las distancias cortas él era muy cercano". Como recuerda Sanz, Aranda siempre prefería los exteriores y disfrutaba cada vez que salía de casa. En esa ocasión, filmaron de pueblo en pueblo por todo Aragón.

Aranda, en 1998.

Aranda, en 1998. / BERNARDO PÉREZ

"Era un tipo especial, pero sencillo. Buscaba la profundidad en los demás y si no, se la inventaba. A mí me costaba desprenderme del personaje y su locura", anota el actor. Según cuenta, sentía cada rodaje con el director como "el más difícil" de su vida: "Nos daba los planos una semana antes para que los preparásemos bien. Luego llegaba Victoria Abril, decía cuatro cosas y lo cambiaba todo". Esta última fue una de las musas del autor también durante los ochenta, antes de que obtuviera aquellos dos premios Goya y cuando su trabajo no era tan reconocido.

En las últimas obras del director se encuentran actrices como Leonor Watling, en Tirante el Blanco, o Aitana Sánchez-Gijón, en Celos. Para Juana la Loca eligió a una joven Pilar López de Ayala que apenas daba sus primeros pasos en el cine, así como el realizador quiso sacar a Paz Vega de la comedia para su Carmen. "Le gustaban los personajes entre complejos y muy complejos, y él los veía en las mujeres", itera Sanz. A él, como recuerda entre risas, le tocó de calzonazos.

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