La genialidad de los maestros
Esta semana en Hora 25 Fin de Semana escuchamos el encuentro mágico entre Ella Fiztgerald y Louis Armstrong
Pocos encuentros musicales resultan tan naturales y fascinantes como el que protagonizaron Ella Fitzgerald y Louis Armstrong. Juntos grabaron tres álbumes junto a la banda de Oscar Peterson. El primero de aquellos encuentros llegó en agosto de 1956. Él era 16 años mayor. Ella solía imitar su voz cuando empezaba a cantar, también lo hace en este disco. Fitzgerald venía de las noches para aficionados del Teatro Apollo de Harlem, Armstrong se había asentado en Queens. Ella pasaría la década de los cincuenta grabando cancioneros míticos como el de Cole Porter o Duke Ellingston, con quien también cantó. Louis todavía guardaba un último golpe de genialidad, en 1964 batía a los Beatles en la lista Billboard con ‘Hello, Dolly’. Tenía 63 años.
La discoteca de Sofá Sonoro: Ella Fitzgerald y Louis Armstrong
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El primer disco que grabaron juntos resulta hipnótico, capaz de apaciguar las mayores tormentas, de devolver algo de paz a un día de sobresaltos. El resultado es perenne. Ha pasado más de medio siglo desde aquel encuentro y cuando el vinilo empieza a girar con ese ruido que hace la aguja contra el plato, la estancia se ilumina, todo se relativiza y la mirada se aclara.
Esta reunión, que apenas dura una hora, se repetiría en dos ocasiones más. Una colección que acabaría recopilada en una misma caja marcada por un sonido añejo y lejano que sin embargo suena a presente, a la magia de ese encuentro a dos voces, por esa trompeta y ese piano que forman un sonido envolvente y romántico sobre el que reinan sus voces. Un sonido que tiene esa capacidad única de poner paz donde hay guerra, de calmar las tormentas, de hacer más llevaderos los malos días.
En junio de 1971, a los 69 años, Armstrong fallecía de un infarto. Ella murió en 1996, a los 79. Los dos son recordados entre los grandes nombres de la historia del jazz y de la música y sus grabaciones conjuntas fueron reconocidas con un premio Grammy honorífico en el 2001 por su influencia en la música. Los dos, Ella y Louis, descansan junto a otros muchos músicos en el Cementerio de Flushing, en Queens, Nueva York.