¿Quién tiene que recortar?
Málaga
A Cristóbal Montoro le debió sonar ayer la palabra austeridad en estéreo. Si en el Parlamento europeo se vivía uno de los plenos más intensos que se recuerdan a propósito del austericidio en Grecia, en España las comunidades autónomas le decían al ministro que si todo va tan bien y estamos en el final de la crisis, los ajustes los debe hacer el gobierno central y no las administraciones que gestionan la sanidad y la educación, los pilares del estado del bienestar.
Nueve comunidades autónomas votaron en contra y solo cuatro a favor de los objetivos de déficit que sitúan el objetivo en el cero por ciento en tres años. Castilla y León, del PP, se abstuvo. Montoro pudo sacar adelante su propuesta porque tiene una especie de voto de calidad que le garantiza el 50% del Consejo. Varias comunidades se quejaron de que al gobierno le sobre dinero para bajar el IRPF y no para incrementar los ingresos de servicios básicos a los ciudadanos. Nadie habló de incumplir sino de repartir mejor la carga.
Como la pólvora. El debate sobre si la dosis de austeridad no ha sido suficiente ya, corre ya como la pólvora.
