El filón de parodiar '50 sombras de Grey’
El éxito de la saga de Erika Leonard es directamente proporcional a las críticas que despierta
Madrid
Era demasiado arriesgado: vender más de 100 millones de copias de un libro en unos 37 países (ya hemos perdido la cuenta) y llevar su adaptación a la gran pantalla y que otros tantos millones de personas acudan en masa al cine, no podía salir impune. La trilogía ’50 sombras de Grey’ empezó a publicarse en 2011 y, desde entonces, no ha parado de cosechar éxitos y críticas a partes iguales.
Dejando a un lado la extendida teoría de que, en realidad, estos libros reflejan un maltrato encubierto y propician una sumisión de la mujer que nada tiene que ver con las prácticas del BDSM (Bondage, disciplina, dominación, sumisión y sadomasoquismo), lo cierto es que tanto bombo ha llevado a que las mentes más despiertas hayan encontrado la forma de sacarle partido.
Ahora llega a nuestras manos ‘Quién es Patricia Luna’ (Ed. Stella Maris) . Una historia que se ríe de las novelas eróticas tratando de que su protagonista sea una mujer de carne y hueso, con dificultades para conciliar su vida familiar con la profesional, que sufre (como todas) por la depilación y las dietas y cuya rutina dista mucho de desprender erotismo y sensualidad. Lo firman las periodistas Isabel García-Zarza y Silvia Oviaño.
No han sido las únicas. En primer lugar conocimos ‘Cincuenta sombras de Gregorio’ en el que, al contrario que el guapísimo, riquísimo y exitosísimo Grey, reflejan la vida del tal Gregorio, que va por casa con una camisa vieja, no tiene ni pizca de sensibilidad y si ha oído hablar de erotismo, ha sido por casualidad.
En el canal de Youtube de Zorman World, encontramos un útil resumen titulado ’50 Sombras de Grey en 30 segundos’ que ha recibido más de 800.000 visitas.
En España, el género del musical también encontró la forma de sacarle partido a esta fiebre y el Teatro Apolo subió a sus escenarios ’50 sombras! El musical’. Con un Grey “ibérico y particular” trataron de reírse del sadomasoquismo mostrando sus miserias y buscando la risa del público. La experiencia ya se había llevado a cabo en Estados Unidos, Alemania, Holanda o Francia.