¿A quién le damos el premio Nobel?
La imputación de Mas no podía sino entrar de lleno en el cuadrilátero político y jugar un papel relevante, máxime si aparecía poco antes o poco después de las elecciones, y en ambos casos, como regalo político para el imputado

Madrid
En España hay que contener la risa para proclamar que los caminos de la justicia son independientes de los de la política. No podemos olvidar los centenares de casos en los que la política ha metido sus manazas en el ámbito judicial, hasta el punto de que ya es un lugar común hablar de la politización de la justicia, reconocida como uno de los pecados mortales de nuestra democracia.

Iñaki Gabilondo en la redacción de la Cadena Ser / CADENA SER

Iñaki Gabilondo en la redacción de la Cadena Ser / CADENA SER
Con estos antecedentes, la imputación de Mas no podía sino entrar de lleno en el cuadrilátero político y jugar un papel relevante, máxime si aparecía poco antes o poco después de las elecciones, y en ambos casos, como regalo político para el imputado. Antes de las elecciones porque le hubiera dado más votos, y después porque ha tocado la fibra victimista del independentismo y ha apretado sus filas, como Oriol Junqueras reconoció ayer. Y lo más importante, porque ha puesto más difícil a la CUP rechazar a un Artur Mas que ahora está aureolado con la palma del martirio.
Un regalo político con toque emocional añadido. Se le cita el día 15 de octubre, aniversario del fusilamiento de Lluís Companys. ¿A quién hemos de dar el premio Nobel?




