Yul Brynner, el humo cegó sus ojos

Madrid

La semana que viene se cumple el 30 aniversario de un día negro para el cine. El 10 de Octubre de 1985 fallecieron el mismo día Orson Welles y Yul Brynner. De Orson Welles ya se ha hablado mucho estos últimos meses con motivo del centenario de su nacimiento que se celebra este año, por eso en “Sucedió una noche” dedicamos esta semana nuestra sección de efemérides a recordar a Yul Brynner, y en especial su muerte, que causó un gran impacto en la sociedad estadounidense.

Con su calva resplandeciente y su constitución musculosa, el actor se especializó en papeles exóticos y de hombre duro como el pistolero de “Los siete magníficos”, el violento Dimitri de “Los hermanos Karamazov”, el rey de Siam en “El rey y yo” o el arrogante faraón Ramses de “Los diez mandamientos”. Yul Brynner era un hombre de hierro, un auténtico atleta, pero tenía una debilidad: el tabaco. Era un fumador compulsivo que consumía hasta cinco paquetes de cigarrillos al día. No podía parar de fumar ni siquiera mientras rodaba, por eso muchos de sus personajes en las películas incorporaban su vicio.

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Yul Brynner superó dos cánceres a lo largo de su vida pero finalmente el humo de los cigarrillos le llevó a la tumba con los pulmones destrozados. Una vez muerto comenzó a emitirse en la televisión norteamericana un anuncio que había grabado poco antes de fallecer en el que denunciaba los estragos del tabaco. “Aunque me estás viendo en el televisor –decía– yo ya no existo. Me mató esto que tengo entre los dedos, un cigarrillo”. El impacto del mensaje fue tremendo. Otras muchas estrellas de Hollywood renegaron públicamente del hábito de fumar y la guerra antitabaco, que ya por entonces arreciaba en los Estados Unidos, recibió un impulso decisivo.