Ya hay uno que sabe cómo ganar

Madrid

Portugal ha roto una de las reglas no escritas de esta crisis interminable. Los portugueses han votado de nuevo al partido que les aplicó la brutal austeridad del plan de rescate. El centro-derecha ha ganado las elecciones, sin mayoría absoluta pero las ha ganado, y sin prometer grandes alegrías durante la campaña. Solo con el argumento de la estabilidad.

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Si lo peor ha pasado y estamos llegando a la otra orilla, ¿para qué cambiar de caballo? Esta venía a ser la pregunta que Passos Coelho hacía a los portugueses en campaña y su candidatura ha resultado la más votada. Enfrente tiene a toda la izquierda, que suma mayoría en el Parlamento, pero muy fragmentada y de imposible acuerdo.

A seis puntos de los conservadores se quedan los socialistas, que en el último año han tenido en la cárcel, primero, y en arresto domiciliario, después, por presunta corrupción a su ex secretario general y ex primer ministro José Socrates. Y a la izquierda de los socialistas, por primera vez el Bloco, la fuerza que nació al calor de la indignación, supera al histórico Partido Comunista portugués, aunque los dos se quedan muy lejos de los mayoritarios. El bipartidismo está rollizo en Portugal.

Fue el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, el que dijo: "Sabemos lo que tenemos que hacer, lo que no sabemos es cómo conseguir que nos voten después". Pues ahí lo tienen, el centro-derecha portugués, con un Passos Coelho defensor a ultranza de la austeridad, lo ha conseguido. Su victoria debió celebrarse anoche casi con la misma intensidad en el palacio lisboeta de Sao Bento como en La Moncloa.