Bielorrusia, la dictadura que funciona

Madrid

A Bielorrusia le llaman la dictadura perfecta. Un joven desconocido hace 21 años, llegó a la política con sus maneras rudas, tras dirigir una granja de cerdos, hablando con acento de pueblo y gracias a su popularidad arrasó en las primeras y únicas elecciones libres que ha tenido aquél país hace más de 20 años. Aleksandr Grigórevich fue elegido presidente con 39 años, y dos décadas después y varias elecciones amañadas ha conseguido dirigir una dictadura que funciona bien. Y ¿Cómo se puede definir una dictadura que funcione bien?, muchos le llaman la dictadura perfecta. Lo cierto es que  nunca en la historia del pueblo bielorruso se ha vivido mejor que ahora y los ciudadanos no quieren cambiar. Quizás por eso, si las elecciones de este domingo fueran limpias y democráticas, es más que probable que Lukashenko ganara con mayoría absoluta.

Aquí van algunos datos para que uds se hagan una idea. El desempleo es del 1%, el quinto más bajo del mundo. El trabajo es obligatorio y los sueldos medios  decentes para la región, 500 euros de media más que los rumanos, más que los búlgaros y casi el doble que los ucranianos. Los precios son por debajo de la media europea, excepto en la capital Minsk que son al más puro estilo europeo.

La parte mala, es el inflación, la mayor del mundo, un 60%. Pasear por las calles del país es ver unas ciudades y pueblos, limpios, las tiendas llenas de productos, y un pueblo que prefiere orden antes que desarrollo desaforado.

Pero ¿quién es Lukashenko?

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Esta semana habrán podido ver en los medios de comunicación a un líder mundial que mientras asistía a las reuniones de Naciones Unidas, o a las recepciones oficiales incluida la de Obama en la Casa Blanca, aparecía con un chaval de unos 11 años. Su hijo. Lukashenko se llevó a su chaval más joven, según algunos para prepararlo y que sea su sustituto, según el propio presidente, porque esta tan apegado a su pequeño que no puede estar alejado de él ni un solo día. Así, han podido verle desfilando en China, saludando a Putin con su padre, viajando por Asia. Y es que el presidente bielorruso tiene un talento político incuestionable, es un líder claro y carismático demostrando a lo largo de todos estos años que lucha por el poder político englobando todos los aspectos de la administración pública. Castiga con la cárcel el exilio o el desempleo a quien le estorba o a quien delinque contra la administración. Hay seis presos de conciencia en el país  lo que ni siquiera le convierte en represor.

Lo que llaman el péndulo de Kukashenko, es el equilibro entre Rusia y la Unión Europea que le ha granjeado a lo largo de los años, inversiones por los dos lados. Y es que este zorro de la política, corteja a la Unión Europea y a Rusia por igual sin dejarse llevar por ninguno de los dos lados.

En el plano personal, su primera mujer que fue compañera suya de colegio, vive apartada en una de las residenciales oficiales desde que prácticamente Lukashenko accedió a la presidencia. Le dio dos hijos, los dos mayores, a los que el presidente no ha dudado en defenestrar públicamente aunque uno de ellos es su consejero en materia de seguridad. Ahora tiene un niño de 12 años, que es el que le acompaña en sus viajes y al que muchos ven como su sucesor, y que sería el resultado de una relación que ha mantenido durante años con su doctora Irina Abelskaya, aunque como nunca se divorció de su primera mujer, esta relación ha sido un secreto a voces en el país, y él la mantiene en secreto.