Restaurantes a toda máquina
El Eatsa en San Francisco ha prescindido de los camareros para sustituirlos por tabletas y en Bangkok un robot lleva años sirviendo sushi

El restaurante de Eatsa en San Francisco. Al fondo, las tabletas para hacer el pedido; a la derecha, los cubículos para recogerlo. / Eatsa

Madrid
Sin camareros, pero con comida, que nadie se alarme. Conviene aclararlo porque en esta ola de innovación sin límites, nunca se sabe con las cosas que no son lo que parecen. Ya hablamos aquí de cigarrillos de cafeína o hamburguesas de carne hechas sin carne. Podemos comer, por ejemplo, suspendidos en el aire. Dinner in the Sky se llama este restaurante itinerante. Otra novedad es terminar de preparar nosotros el plato. Se puede hacer sin salir de España, en Madrid, en La Academia del Despiece, donde uno juega un poco a ser concursante de Masterchef.
Empezamos con las máquinas. Por ejemplo, un camarero al que Camba podría acusar de serlo con toda la razón: es el robot que lleva unos años sirviendo sushi en el Hajime de Bangkok, aunque, todo hay que decirlo, con cierto aire ochentero:
Más evolución que un robot encontramos en el Eatsa, en San Francisco. Allí, directamente, no hay camareros. Ni mostrador. Ni rastro humano al otro lado, aunque alguien debe de hacer la comida, claro. El pedido se hace un un Ipad, se paga con tarjeta y se recoge en un cubículo insertado en un panel.
Surgen muchas dudas. Como la destrucción de puestos de trabajo o a quien le diremos aquello de 'camarero, hay un pelo en mi sopa'. Suena ridículo decírselo a un Ipad.




