No dejarán que se hable de la desigualdad

Madrid

Es difícil aceptar que la izquierda catalana esté dispuesta a avalar la desaparición de cualquier debate sobre la situación económica y social que soportan la mayoría de los ciudadanos en España y en Cataluña, la incluyan o no en el mapa. No dejarán que se hable de ese asunto ni siquiera en la campaña electoral, a cambio de que el escenario quede monopolizado por el debate secesionista y nacionalista. Pero esa es la realidad. Simplemente, no les importa un rábano lo que le suceda al resto de los españoles, esos españoles que compartieron con ellos, durante décadas, la lucha por las libertades y por la autonomía catalana. En fin, las cosas son como son y de nada sirve lamentarse. La izquierda catalana quiere que los españoles estemos obligados a hablar en estas elecciones de lo que quiere la derecha española y la derecha catalana, y eso es lo que toca.

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Afortunadamente siempre queda un resto de alegría cuando se mira al mundo. Ayer, por ejemplo, la mismísima Cámara de los Lores británica hizo algo insólito. Paralizó una ley aprobada por la mayoría conservadora en la Cámara de los Comunes que supone reducir sustancialmente las ayudas que reciben las familias más modestas. Los lores creen que no hay nada más importante que el debate sobre la aplastante desigualdad que padece el Reino Unido, hasta el extremo de hacer algo de lo que no se recuerda precedente histórico: oponerse a una ley aprobada por los Comunes. Para ellos, el asunto de la desigualdad es tan fundamental, afecta tanto, realmente, a la vida de los ciudadanos y a su futuro, que merece la pena todo esfuerzo. Grandes seres humanos estos lores.