¿Era necesario suspender el partido de la Selección?
"Los terroristas, aparte de matar, consiguen inocular un miedo capaz de alterar nuestra normalidad."
Madrid
El partido amistoso que iban a disputar esta noche España y Bélgica ha sido suspendido por una "amenaza real de atentado", según el gobierno belga. Dicta el sentido común que ante una amenaza de tal magnitud lo conveniente es evitar riesgos innecesarios. Más aún, sería absurdo que la policía de Bruselas, volcada en estas horas en la busca y captura del autor intelectual de la matanza de París, tuviera que detraer cuantiosos efectivos para proteger un partido de fútbol prescindible.
Pero también es cierto que con medidas así se lanzan dos preocupantes mensajes. El primero: que los terroristas, aparte de matar, consiguen inocular un miedo capaz de alterar nuestra normalidad. Y el segundo: que Europa, que comienza a barajar la hipótesis de una guerra para eliminar la matriz terrorista, es incapaz de proteger la capital de sus instituciones y sede de sus grandes cumbres ante la amenaza de uno de sus comandos. Mensajes que la propaganda de Isis y sus bárbaros acólitos anotarán en el haber de sus criminales logros.
