Las noches alegres de la sala Bataclan
La mítica sala parisina en la que tuvo lugar el asesinato de decenas de asistentes a un concierto de rock guarda imborrables recuerdos de su ilustre pasado musical
Madrid
El pasado viernes, a las diez menos veinte de la noche, tres terroristas entraron en la sala Bataclan de París durante un concierto de Eagles of Death Metal. Mataron a decenas de personas antes de que la policía abatiese a uno de los terroristas y otros dos se inmolasen. Nunca la música sintió el terror de esa manera, nunca el mundo de la cultura había sido atacado con tanta crueldad, con tanta sangre fría.
Ese terrible acto ha cambiado para siempre la historia de uno de los locales más míticos de la capital francesa, un local por el que han pasado las grandes estrellas del rock y que ha sido testigo de la historia de la música del último siglo. La barbarie terrorista rasgará el recuerdo de Bataclan. Su nombre, antaño asociado a la música y la cultura, está ahora marcado por la sangre de aquellos jóvenes que asistían a un concierto ajenos a lo que sucedía en las calles de París. Pero los terroristas no conseguirán borrar su historia. Llevará tiempo, pero se conseguirá restaurar los recuerdos musicales de Bataclan, los días alegres de una de las salas más importantes de París.
El local centenario del número 50 del boulevard Voltarie ha sido escenario de grandes noches, de veladas inolvidables. Fue en su escenario donde la Velvet Underground se reunió por primera vez tras su separación. En febrero de 1972, John Cale, Lou Reed y Nico se rencontraron en París en una noche histórica. El paso de los años había encumbrado a esa formación adelantada a su tiempo que no terminó de encajar a mediados de los sesenta y que una década después era ya una banda de culto. La velada de aquella noche fue retransmitida por la televisión francesa y la grabación de aquel concierto se convirtió en un objeto de coleccionismo que circuló durante años de mano en mano antes de que fuese editado como disco en 2004, cuando finalmente vio la luz como ‘Le Bataclan’72’. Aunque el sonido de la Velvet o su fuerza sobre el escenario no eran la misma, la grabación presenta un sonido diferente, menos brusco, más accesible en una colección de canciones que son parte de la historia del rock and roll.
Puede que el disco de la Velvet sea uno de los más legendarios grabados en Bataclan, pero no es el único. La sala, abierta como teatro a finales del siglo XIX, ha sido cuna de los grandes nombres de la canción francesa. Allí comenzó su carrera la gran dama de la canción francesa, Édith Piaf, a quien Jeff Buckley rindió homenaje en su actuación en Bataclan en 1995, editada en formato EP poco después. Buckley dejó su huella en la sala con cuatro temas para el recuerdo, la versión de Piaf, otra de Van Morrison y su intensa interpretación del ‘Hallelujah’, la canción de Leonard Cohen que estos días ha vuelto a sonar en las calles de París.
Durante años, Bataclan ha sido parte de la vida cultural del centro de París. Su peculiar estilo arquitectónico –el edificio imita a una pagoda asiática- ha acogido actuaciones de todo estilo y de nombres inolvidables como Police, Metallica, Blur o Jerry Lee Lewis. Su semblante llamaba la atención al pasear por la calle, no pasaba desapercibido, y con el transcurrir de los años se fue consolidando con un escenario lleno de historia y recuerdos. Una historia manchada de sangre, unos recuerdos borrosos tras la reciente tragedia. El mundo de la música, como el del deporte, la cultura o la política, están de luto estos días. Como medio planeta. Decenas de grupos han cancelado sus actuaciones en Francia y otros puntos de Europa. Es comprensible, se entiende el miedo, el terror, pero la vida sigue. Los sucesos de París quedarán marcados con fuego en nuestra memoria y en las paredes de aquella sala tiroteada, pero la música volverá a Bataclan. La vida seguirá, la música volverá a sonar y Bataclan tendrá nuevos recuerdos, más alegres.