La técnica de Artur Mas

Madrid

La ausencia de Mariano Rajoy en los debates previos a las elecciones es profundamente injusta y debería tener un coste electoral. Ayer, en el primer debate múltiple organizado por El País, el atril vacío de Rajoy producía enojo. El presidente está utilizando la misma técnica que usó Artur Mas en las elecciones catalanas. En Cataluña, Mas fue el cuatro en la lista para lograr que nadie pudiera preguntarle directamente por su gestión y por la corrupción en Convergencia. En España, Rajoy va primero en su lista, pero simplemente no acude a los debates o pretende enviar un portavoz (como Mas enviaba a Romeva) para que nadie pueda interrogarle sobre esos temas.

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En el debate de ayer, la ausencia de Rajoy perjudicó más al candidato socialista que a Rivera o a Iglesias. Pedro Sánchez se vio obligado a defenderse a dos bandas y no pudo centrar el debate en las políticas del PP, como hubiera sido lo lógico. Aun así consiguió dibujar su propio espacio frente a los esfuerzos, sobre todo de Pablo Iglesias, de entrar en su electorado como una nueva izquierda incontaminada. Las encuestas dicen que el voto más volátil es en estos momentos el del PSOE y el de Ciudadanos y el debate mostró a un Rivera peleando por instalarse en el centro y que no se molestó prácticamente en recordar la existencia del PP ni de Rajoy. Le va bien así. En cualquier caso, el debate fue una buena experiencia. Quizás si los políticos se acostumbraran a participar en diez o quince debates al año los ciudadanos terminaríamos por conocer mejor sus ideas y los políticos terminarían por adquirir la calidad dialéctica necesaria.