Europa ausente

Las grandes crisis que atenazan el proyecto europeo: la de la zona euro y la de los refugiados, están ausentes del debate electoral español. Y, sin embargo, las dos suponen sendas cargas de profundidad en los planteamientos que realizan las principales formaciones políticas.

La más evidente, la desautorización que la Comisión Europea realizó del presupuesto aprobado por el actual gobierno por ser demasiado optimista. No sólo porque cercena de raíz cualquier veleidad presupuestaria del próximo sea del color que sea, sino porque supone una exigencia a continuar con las políticas de ajuste. Los halcones, como se ha visto en el último Consejo del Banco Central Europeo, siguen al acecho a pesar de que la crisis de los refugiados acapare la atención en Alemania.

La segunda es la amenaza de desaparición del espacio Schengen. Poner en cuarentena la libre circulación y el derecho a instalarse en otro país de la Unión, respaldaría las pretensiones del Reino Unido de recortar los derechos de los ciudadanos comunitarios y cerraría la válvula de escape que ha supuesto la inmigración masiva de jóvenes españoles.

Ignorar estos debates es volver a la España anterior al pacto del 78 que se pretende superar.