Ni una gota de agua a Sánchez

Madrid

Faltan once días para que se celebren las elecciones generales y todos los candidatos están lanzados completamente a la batalla. Rajoy intenta no mostrarse hasta el último minuto, con la esperanza de que el único debate, el cara a cara con Pedro Sánchez, le permita, no ganar voto del PSOE, algo que no pretende, sino asegurarse a sus propios votantes, parte de los cuales dudan si cambiar de dirigente y apoyar de una vez a Albert Rivera. Ese puñado de votantes es el que le puede colocar en una posición totalmente insostenible el 20-D.

Ampliar

Cerrar

El líder socialista, por su parte, está en un compromiso parecido: necesita, no arañar voto de Pablo Iglesias, sino sujetar a los votantes socialistas que todavía están dudosos y miran indecisos a Podemos y a Ciudadanos. Pedro Sánchez les pide el voto útil y les recuerda que, al fin y al cabo, él podría ser perfectamente el centro de cualquier acuerdo o coalición, solo con que ese puñado de votantes socialistas no le abandone. Pero eso es exactamente lo que necesita Pablo Iglesias y a ese puñado de electores socialistas es a quienes Podemos dedica ahora todos sus esfuerzos. Se vio en el debate, pero sobre todo en las horas posteriores, con toda la batería de Podemos batiendo insistentemente en el frente Sánchez. Iglesias lo tiene meridianamente claro: ni una gota de agua al candidato socialista.

Once días de campaña en los que Rivera e Iglesias tienen que pelear muy duro en los medios audiovisuales para lograr que el debate Rajoy-Sánchez no les debilite ni les robe la atención. Son dos formidables interlocutores, así que ni Rajoy ni Sánchez pueden confiar en que su cara a cara les solucione el problema.