La mejor solidaridad son los impuestos

Madrid

Las campañas electorales tienen más importancia de lo que generalmente se les atribuye. La presente es un buen ejemplo, porque está sirviendo para definir más los perfiles de los candidatos. Evidentemente, Rajoy no necesita definirlo mucho más porque la inmensa mayoría de los votantes ya sabe cómo es y cuál es su pensamiento. Su campaña está sirviendo, sin embargo, para mostrar otra cosa: el nerviosismo creciente del PP. Solo así se explica el anuncio realizado ayer sobre unas rebajas muy peculiares en el IRPF.

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Los populares intentan sujetar el voto de los jubilados, ofreciéndoles la posibilidad de dejar de pagar el IRPF si renuncian a la pensión y siguen trabajando unos años más. El añadido de que tampoco lo paguen los jóvenes que consiguen su primer empleo es pura ficción porque hay poquísimos jóvenes que acceden a su primer empleo y que estén obligados a presentar la declaración de la renta. Cobran cantidades tan pequeñas que no llegan al mínimo estipulado en la ley actual.

La campaña está también sirviendo, por lo que dicen las encuestas, para desplazar la imagen de Ciudadanos algo más a la derecha de lo que estaba hace unos pocos meses. Este partido también apoya recortes sustanciales en los impuestos. Es curioso que haya tantos políticos que se empeñan en decir a los ciudadanos que cualquier tipo de solidaridad es buena, salvo que se trate, precisamente, de los impuestos. Es curioso, porque los impuestos son la manera que ideó el propio sistema para organizar esa solidaridad intergeneracional e interclasista.