Suspiros y escalofríos

Madrid

La experiencia de coalición de izquierdas, creada hace menos de un mes en Portugal, despierta profundos suspiros en parte de la izquierda española. El Gobierno portugués está integrado por una alianza inédita entre el Partido Socialista, grupo al que pertenece el nuevo primer ministro, Antonio Costa; el Partido Comunista y el llamado Bloco de Esquerda.

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Ayer el nuevo Gobierno tripartito anunció un paquete de medidas sociales destinado a mejorar la situación de las clases que más han sufrido la austeridad. No son cantidades enormes, pero suponen un giro en la política de recortes sociales llevada a cabo por los anteriores gobiernos de centro-derecha: se sube el salario mínimo, se reducen los impuestos a quienes tienen menores ingresos, se financian programas para combatir la pobreza infantil, se suben, aunque poco, las pensiones más reducidas y se establecen algunos subsidios para familias y jubilados que rozan también ese umbral de la penuria. Lógicamente, el paquete de medidas presentado no satisface los programas electorales de los comunistas, ni del Bloco, pero responde a una negociación y a la hora de la verdad los tres partidos mantuvieron su compromiso.

La solución a la portuguesa despierta tantos suspiros en una parte de la izquierda española como escalofríos en el Partido Popular. El partido conservador portugués resultó vencedor en las pasadas elecciones, pero no consiguió formar una mayoría parlamentaria suficiente, mientras que los tres partidos de izquierda lograron, inesperadamente, un acuerdo. Existen, sin embargo, grandes diferencias entre España y Portugal, comenzado por la existencia de nuevos partidos, y muy especialmente de Ciudadanos, que no se identifica con la izquierda.