Que nadie se altere, que esto se alarga y se alarga…

Madrid

Dice el calendario que hoy estamos a 7 de enero de 2016. Hagamos unas cuentas sin excesiva precisión, objetivo imposible dados los plazos flexibles de las leyes electorales, pero seguramente nos servirán para mostrarnos cuán apropiada será para nuestra salud una temporadita de tranquilidad, sosiego y placidez, porque todavía quedan unas cuantas semanas para que empiece a clarear en el panorama político. Si todo discurre según los cauces previstos, aunque cualquiera asegura nada, Artur Mas convocará elecciones el lunes 11. Serían las cuartas –que tiene lo suyo- en cinco años.

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Pero como aquí todo va al revés, cual si fuera el mundo de Alicia, resulta que en Cataluña, precisamente en Cataluña, se rigen por la normativa española, porque es la única comunidad autónoma que no tiene ley electoral propia. Así que las elecciones deberán celebrarse 54 días después de la publicación del decreto de convocatoria. Como pronto, pues, nos vamos al 5 de marzo. Imagínense otra campaña electoral, pactos o no pactos, y broncas y más broncas entre unos y otros. Vamos, lo habitual. Pero en Madrid las cosas no van a mayor velocidad, porque una vez constituidas las Cortes la semana próxima, todavía quedan un par de meses antes de convocar nuevas elecciones.

O sea, que fíjense si queda tiempo para que todos, absolutamente todos, se coman tres o cuatro veces sus bravuconadas.

Ustedes, meditación zen.