¿Dos gestos desafortunados?

Madrid

El BOE publica el cese de Artur Mas sin agradecerle los servicios prestados, una fórmula de plantilla que siempre se ha usado, la última vez al comunicar el cese de los presidentes salientes tras las elecciones de mayo. Tampoco recibió ayer el rey a la presidenta del Parlamento catalán para comunicarle la elección del nuevo presidente de Cataluña, a pesar de que su agenda estaba vacía de actos oficiales. La Casa del Rey pidió la comunicación por escrito.

Es verdad que ni la audiencia real ni el rutinario y formal agradecimiento a los servicios prestados son preceptivos. Pero en democracia los gestos perfeccionan los procedimientos marcados por la fría ley. Y en tiempos excepcionales, en los que se requieren muestras de normalidad y acercamiento, no parece conveniente marcar distancias excepcionalmente, precisamente para marcar distancias con quienes consideran normal saltarse los procedimientos.