Armarse de paciencia
Con un gran equipo hace falta alguien que no lo estropee, que no lo manipule, que no quiera hacer experimentos. Déjeles jugar usted y no les estorbe, que no es fácil
Madrid
El Barça dejó clara anoche en Bilbao su absulta superioridad y que lo del domingo en el Camp Nou no fue una casualidad accidental por aquella expulsión del portero del Atleti a los cuatro minutos.
Anoche once contra once en Bilbao, con un equipo recauchutado de suplentes, sin Messi ni Suárez, el Barcelona volvió a ganar al Atleti 1-2 y dejó la eliminatoria casi sentenciada. Esa es la superioridad real e indiscutible en estos momentos, que hacen al Barça favorito también para la Copa y que resta importancia y trascendencia al papel de los entrenadores.
Con un gran equipo hace falta alguien que no lo estropee, que no lo manipule, que no quiera hacer experimentos. No hay nada que experimentar cuando ya se ha experimentado que tiene a los mejores. Déjeles jugar usted y no les estorbe, que no es fácil, porque los entrenadores suelen tener la tentación de justificarse con decisiones absurdas... Y la mejor solución es cargarse de paciencia para aguantar a las estrellas, que suelen ser tan buenos futbolistas como insoportables compañeros de viaje.
Por eso un gran equipo no necesita siempre un gran entrenador, sino un buen entrenador con una gran paciencia.
