Hablen, por favor

Madrid

Mientras las bolsas se dan otro batacazo por el temor a una nueva recesión mundial y la prima de riesgo vuelve a los titulares informativos, la española repuntó ayer por encima de los 150 puntos básicos, los partidos españoles tienen sobre la mesa ya un documento sobre el que hablar de políticas más allá de los repartos de poder o lo nombres propios.

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El documento que el PSOE les ha remitido, titulado ‘Programa para un gobierno progresista y reformista’, pone el acento en combatir la desigualdad y regenerar la democracia, dos asuntos con los que espera concitar apoyos a izquierda y derecha. Pasa de puntillas sobre el problema territorial y la reforma constitucional que remiten sin mucha precisión a la discusión parlamentaria y no menciona el artículo 135 de la Constitución reformado de forma exprés en agosto de 2011. Un documento lo suficientemente abierto que evita los elementos que más enfrentan a los partidos para poder discutir en el marco de un parlamento absolutamente fragmentado y donde todos los votos van a ser importantes.

El documento propone un plan de emergencia social que incluye un ingreso mínimo vital para quienes no tienen ningún recurso, frenar los desahucios, la derogación en plazos de la reforma laboral y una subida del salario mínimo interprofesional que ahora mismo está en 655 euros al mes.

655 euros al mes o menos es lo que ganan el 12,5 por ciento de los trabajadores españoles y el número de mujeres que tiene ese sueldo es el doble que el de hombres. Lo dice la última estadística oficial publicada. Que el reparto de los costes de la crisis ha sido muy desigual es una evidencia y que cualquier gobierno español, ahora o tras unas nuevas elecciones, debe abordarlo es una evidencia más. La desigualdad, esa palabra que todavía no ha pronunciado el PP y que todos los organismos internacionales, algunos tan poco sospechosos de izquierdismo como el Fondo Monetario Internacional o la OCDE, señalan como uno de los peores riesgos para la economía.

Los socialistas proponen negociar con Bruselas un alivio de los objetivos de déficit que permita financiar todo este gasto social y tocan por encima otro asunto espinoso pero importante, la política fiscal, los ingresos propios del Estado.

Por lo demás, el texto reclama pactos por la educación, la ciencia y la cultura y una batería de reformas para cambiar la ley electoral, el funcionamiento del Congreso y la obligación de primarias en los partidos.

Se podrá estar más o menos de acuerdo, pero a partir de hoy esperamos escuchar hablar a todos de lo concreto, de si son estas u otras las políticas que necesitan los españoles y por qué. Y de cómo hacerlas posible de verdad con el recuento de escaños que esos mismos españoles votaron el 20-D.