Buenos y malos de película

Madrid

Cuando todo el mundo del fútbol estaba esperando que el Tribunal de Arbitraje del Deporte abriese expediente a Villar por esas irregularidades cometidas y demostradas, con malversación de fondos y perjudicando a terceros, resulta que el que se ha querellado es Villar. Lo ha hecho contra el Secretario de Estado para el Deporte por prevaricación y revelación de secretos. O sea, por denunciarle, como es su obligación.

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Villar intentó contratar primero de abogado a uno de los miembros del Tribunal de Arbitraje. Cuando le descubrieron, contrató a Peláez, el abogado que retiró a Garzón de la judicatura. Peláez llamaba a los miembros del Tribunal durante la reunión del otro día preguntándoles si tenían ya veredicto, por si expedientaban a Villar, preparar él otra querella para cada uno de los miembros del Tribunal del Deporte, que a su vez, permanecen acorbadados ante la propia justicia.

A todo esto, los honorarios del abogado los va a pagar la Federación Española de Fútbol, tal y como solicitó Villar a los miembros de su junta en la última reunión.

La verdad es que todo parece una película antigua en blanco y negro. En las películas casi siempre ganan los buenos. En la realidad, no siempre.