La joya perdida del rock nicaragüense
'La Gigantona', el álbum perdido de Alfonso Lovo, llegó a las tiendas en 2013 después de pasar décadas extraviado tras la revolución en Nicaragua
Madrid
Hay discos que pasan décadas en el olvido esperando su momento. Discos grabados con pasión y extraviados durante años que por azares del destino aparecen en el momento oportuno. Son muchos los álbumes que han vivido estas historias de olvido y búsqueda pero pocos tienen un pasado como ‘La Gigantona’, el espectacular segundo disco del nicaragüense Alfonso Lovo. Hijo de un conocido político y nieto de expresidentes nicaragüenses, Lovo descubrió la música siendo apenas un niño cuando un amigo español de su abuelo lo hipnotizó con el flamenco. Poco a poco, el chico fue aprendiendo a tocar la guitarra, la armónica y el piano. Lovo tenía claro que no quería seguir con la tradición política de la familia. Lo suyo era la música, lo sentía dentro y tenía claro que su camino iría por ahí.
Los planes de Lovo tomaron forma cuando comenzó a estudiar en Luisiana, a no muchos kilómetros de Nueva Orleans, esa ciudad que representaba toda la música que le fascinaba al joven estudiante de Económicas y donde a principios de los setenta grabó ‘Terremoto Richter 6:25’, un disco dedicado al seísmo que había desolado la capital de su país dejando más de 10.000 muertos. Fue un debut tibio grabado a ratos sueltos y en fines de semana. Pero fue un primer paso. Poco después llevaba a Cantiflas y a Santana a tocar en el festival benéfico que había organizado para reconstruir su cuidad. Tenía 22 años y quería comerse el mundo. Pero el destino no se lo iba a poner fácil.
El 12 de diciembre de 1971, un grupo terrorista sandinista secuestró el avión en el que viajaba desde Miami. Los secuestradores aterrizaron el avión en Costa Rica y exigieron la liberación de un seguidor de Ortega arrestado en aquel país. Uno de los secuestradores reconoció a Lovo y lo usaron como rehén. Pidieron un intercambio de presos, pero el gobierno se negó y los terroristas ametrallaron a Alfonso Lovo. Las balas impactaron en su torso, en el abdomen y en la mano. Pero Lovo sobrevivió de milagro y tras muchas cirugías volvió a tocar y a grabar.
A finales de los años 70, Alfonso Lovo grabó en Nicaragua ‘La Gigantona’, un disco que iba a ser su gran obra. Grabado con músicos locales, todos ellos grandes nombres de la escena musical nicaragüense, su gran socio en aquella aventura fue José ’Chepito’ Areas, fundador del grupo de Carlos Santana y uno de los maestros de la percusión. ‘La Gigantona’ era un disco más serio que el anterior trabajo de Lovo, un álbum de psicodelia, jazz, rock y ritmos latinos. Pero aquel disco no vería la luz. La revolución comenzó en Nicaragua, Lovo se trasladó temporalmente a EEUU y aquel disco quedó extraviado hasta que décadas después el hijo de Alfonso y su hermana lo encontraron en unas cajas. Numero Group, un sello de Chicago, descubrió la música de Alfonso Lovo y cuando se enteraron de la existencia de aquella joya perdida se volvieron locos. En 2013, ‘La Gigantona’ llegó a las tiendas descubriendo la magia de uno de los discos más fascinantes grabados en Latinoamérica en los años sesenta.
‘La Gigantona’ aparece décadas después como un tesoro oculto, como un punto de encuentro entre el flamenco de ‘Nueva Segovia’, la canción que abre el disco’, el rock abrasivo y cálido de ‘La bomba de neutrón’, la psicodelia funk de ‘Tropical jazz’ o locuras sin etiquetas como ‘Sinfonía del espacio de do menor’. Sus años de extravío no han afectado a unas canciones que siempre tuvieron paciencia y supieron esperar su momento, aunque ese momento llegase ya en otro siglo y para otro público.
Alfonso Lovo sigue grabando música y vive a caballo entre EEUU y Nicaragua. En los noventa registró ‘Freedom Fighters’, un disco producido en Estados Unidos y en 2015 editó ‘El cadejo son nica rock’, un single que fusiona el inglés y el castellano en ritmos latinos que recuerdan el pasado de este peculiar visionario olvidado que sigue girando y viajando con sus canciones tras el empuje recibido por la buena crítica que recibió ‘La Gigantona’.