Las maras quieren Paz

Madrid

El Salvador se aleja de los buenos tiempos de la tregua. Fueron buenos porque la tasa de homicidios se redujo a prácticamente la mitad en un país que lidera los rankings internacionales sobre muertes violentas. Antes de la tregua, la guerra era entre las maras que finalmente hablaron y se entendieron… Ahora su enemigo común es otro, la policía y el Estado.

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Este gráfico, elaborado por el diario “El Faro”, demuestra la drástica caída de muertes violentas en El Salvador en los dos años en los que la tregua estuvo vigente: 2012 y 2013… Aún así, muy por encima de lo que Naciones Unidas considera una epidemia de violencia, como marca la línea roja del gráfico.

El Estado, en un contexto muy polarizado, ha optado por endurecer su política respecto a los miembros de las maras. Esta misma semana, ha recibido el respaldo del parlamento para sacar adelante un decreto que endurece el control sobre las prisiones del país, un elemento que fue clave durante la tregua porque facilitó los contactos con los líderes juveniles.

Hoy, ha pasado de discreto impulsor de la negociación, según las versiones oficiosas, a actor al que las bandas acusan de entorpecer el proceso. Las últimas estadísticas pintan un panorama nefasto en el país:

Las estadísticas hondureñas dicen que las maras siguen ganando adeptos. Son jóvenes que buscan su pertenencia a un grupo. Después de duros años de sangre, muerte y dolor, piden dar otra oportunidad al diálogo que tantas vidas salvó en los últimos años.

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• Desde 2014, activistas de derechos humanos han denunciado que escuadrones de la muerte con posibles vínculos con la policía han estado implementando una campaña de “limpieza social” en contra de pandillas y presuntos miembros de maras. Estas denuncias sugieren que las fuerzas de seguridad podrían haber retomado una práctica lamentable del pasado del país para lidiar con la agitación política. (fuente: Opendemocracy.net) 

Hoy nos acercamos a las claves para entender por qué una tregua respaldada por la Organización de Estados Americanos y la Iglesia descarriló. El Salvador está dividido entre quienes apuestan por el diálogo y la negociación y los que quieren mano dura contra los mareros que piden paz.