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PRETÉRITO IMPERFECTO

La duquesa de Alba ha pasado a la historia por su garbo y su carisma

Cayetana Manuel Margarita sólo vivió 40 años, pero no se dejó nada por vivir. Fue la decimotercera duquesa de Alba.

Duquesa de Alba / .

Madrid

El 10 de junio de 1762, en aquel Madrid de la Ilustración, nació una niña del más alto standing aristocrático a la que impusieron 27 nombres. Esa niña derivó en mujer independiente, poderosa, descarada, mundana… y rica. Muy, muy rica. Y ligona. Solo vivió 40 años, pero no se dejó nada por vivir. Fue la decimotercera duquesa de Alba

La duquesa de Alba ha pasado a la historia por su garbo y su carisma

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La duquesa iba a su bola, por eso, aunque vivió poco, se lo llevó todo puesto. Siempre se sospechó que la habían envenenado porque le tenían ganas los borbones, las otras duquesas, media clase política… Hoy hablamos de esos mitos que todavía rodean a María del Pilar Teresa Cayetana Manuela Margarita… bla, bla, bla, la XIII duquesa de Alba.

Nació, se quedó en hija única, fina educación y matrimonio de conveniencia. La duquesa se casa, la casan a los 14 años, con un primo-hermano para que los títulos no salieran de la familia. Ella llevaba puestos cuando se casó 30 títulos nobiliarios y su marido traía otros 26.

Para entender el exitazo social que tuvo la duquesa, tenemos que situar el momento que le tocó vivir. Estaba en pleno auge en la corte madrileña una moda que llegó de París y que solo podía seguir la ociosa clase alta. Los salones de lectura o literarios, que llamaban. Con la excusa de disfrutar y compartir arte, cultura, música, teatro, tertulias… las señoras condesas, marquesas y duquesas abrían sus salones.  Los salones más famosos eran los de la duquesa de Benavente, que tenían un nivelazo cultural bestial; y los de la duquesa de Alba… y a los suyos iban los mismos intelectuales, pero ya más sueltos.

Los rumores de una relación con Goya siguen ahí, no se han confirmado pero todo es posible. No una relación amorosa, sino algún que otro apretón. De esos apretones que ella alternaba con toreros, escritores, nobles, artistas, políticos.

Sin embargo, la rivalidad con la reina sí es cierta Eso no eran tiranteces, eran patadas en la espinilla. Se declararon la guerra a cuenta de un jovenzuelo que era amante de una y de otra. Se hicieron mil perrerías. Una vez, cuentan, que la reina hizo traer uno de sus modelitos de París y que la duquesa hizo que lo copiaran y vistió a toda su servidumbre femenina con el mismo vestido. Se llevaban a matar. Por eso cuando Cayetana de Alba murió con 40 años de forma rarita y muy de repente todo el mundo señaló a palacio.

El Palacio de la Moncloa se lo quedó la reina por dos duros y con el palacio de Buenavista hubo una maniobra magistral. La duquesa de Alba, la de los 27 nombres, la que nunca usó el de Cayetana, porque siempre firmó María del Pilar Teresa de Silva, ha pasado a la historia por su garbo y su carisma. Y porque la pintó Goya de todos los colores y en todas las posturas. En 1945 se hizo una autopsia porque sus descendientes quisieron aclarar si fue asesinada, y no. Murió de una meningitis tuberculosa.

 
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