Punto de FugaPunto de Fuga
Sociedad | Actualidad
EXPEDIENTE KOMPASS

"Los soldados les chantajearon pidiendo sexo a cambio de comida"

Paula Donovan (de AIDS-Free World) abre y detalla en 'Punto de Fuga' la investigación sobre abusos sexuales a menores en la República Democrática del Congo que avergüenza a la ONU.

undefined

Madrid

¿Cuál es el protocolo interno en Naciones Unidas para denunciar un caso de abusos sexuales a menores por parte de cascos azules en una misión de paz? La ONU piensa que el sueco Anders Kompass no lo cumplió cuando recibió las primeras informaciones y alertó a las autoridades francesas (la nacionalidad de los presuntos abusadores) cuando comprobó que la organización era incapaz de hacer algo para que eso no volviera a ocurrir.

Hace unas semanas, Kompass abandonó su puesto en la ONU, incapaz de soportar tanta impunidad en hechos tan graves. 'Punto de Fuga' ha hablado con Paula Donovan, directora de la organización AIDS-Free World, que hizo público el informe en el que se detallan esos abusos.

Punto de Fuga: 'Expediente Kompass'

15:09

Compartir

El código iframe se ha copiado en el portapapeles

<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/001RD010000004193895/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>

 ¿Qué denunciaron ustedes?

Hace más o menos un año, supimos que Naciones Unidas tenía información de primera mano sobre niños en la República Centroafricana que habían contado a los oficiales de la ONU y les confesaron, con todo detalle, los abusos sexuales que estaban sufriendo por parte de soldados de paz, no eran de Naciones Unidas (porque la ONU todavía no había desplegado su misión en el país) pero eran cascos azules de Francia, de Guinea Ecuatorial y de Chad. Muchos de ellos eran franceses y estaban abusando sexualmente de niños a cambio de pequeñas cantidades de comida y cosas así.

Los niños se lo contaron a los oficiales pero Naciones Unidas no ha hecho nada desde entonces.

Muchos de los niños eran refugiados hambrientos en busca de comida.

Así es. Eran niños desplazados por la violencia y los enfrentamientos en la República Centroafricana. Habían llegado a la capital, a Bangui, junto a otro grupo de población desplazada buscando la protección que los soldados franceses proporcionaban en el aeropuerto de la ciudad. Ellos eran los encargados de proteger el aeropuerto.

Cuando estallaron los combates de las facciones armadas, la población huyó hacia el aeropuerto con la esperanza de ser protegida. Y la mayoría de aquellos chicos eran niños que habían sido separados de sus padres o que sus padres habían muerto. Estaban solos, sin casa y habían huído junto al resto de la población. Se dedicaban a merodear por los alrededores en busca de comida y agua. Simplemente trataban de sobrevivir y los soldados les chantajearon pidiendo sexo a cambio de comida.

El jefe de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, un señor que se llama Zeid Rá al Hussein, ha admitido retrasos en la investigación de estos hechos… ¿Qué tipo de retrasos y por qué?

Naciones Unidas tuvo las primeras noticias sobre estos abusos entre mayo y junio de 2014. Fue por entonces cuando los niños hablaron con los oficiales… Un equipo de Naciones Unidas habló con los chicos y recogieron los testimonios en un informe. El texto final se envió a las sedes de la ONU en Ginebra y en Nueva York. Lo habían redactado miembros del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos y UNICEF.

Eran funcionarios a los que los chicos habían contado los abusos y ellos lo habían redactado en un informe pero… nadie hizo nada. Nadie excepto un hombre, el señor Anders Kompass, que vio el texto y se lo pasó a sus contactos en la delegación francesa en Ginebra. Llegó incluso a la embajada francesa para denunciar que sus soldados estaban siendo acusados de esos abusos y que tenían que investigarlo. El Gobierno francés agradeció la información y dijo que enviaría un equipo de investigadores a la República Centroafricana de forma inmediata.

Intentaron interrogar a uno de los niños y a los soldados… soldados que -a día de hoy- todavía no han sido procesados por sus crímenes.

Ocho meses después, le dijeron a Kompass que no tenía que haber contado nada a los franceses. Le dijeron que, haciendo eso, no estaba cumpliendo con los protocolos. Kompass respondió… “¿de qué me estás hablando? Avisé a todo el mundo que iba a informar al gobierno francés y ellos me lo agradecieron cuando lo hice. Es lo que se hace habitualmente. Siempre…” Y el alto comisionado sólo quería que Anders se fuera…

El príncipe Zaid, en lugar de asegurarse que esos niños estaban bien y de que Francia completara la investigación, fue a por el señor Kompass y lo intentó despedir. Ese fue el momento en el que nosotros recibimos la primera alerta sobre lo que estaba sucediendo.

El señor Kompass era el chivo expiatorio para ocultar el hecho de que nadie en Naciones Unidas ha sido capaz de reaccionar ante esos abusos.

De hecho, el señor Kompass ha terminado renunciando y lo ha confirmado a través de una carta en la que reconoce que se va porque Naciones Unidas ha perdido sus principios éticos… Dice que el sistema está roto… ¿Está de acuerdo con él?

Sí, desde luego que estoy de acuerdo. Comprobar que solo se preocupa por organizar estos paneles de expertos que regresan alertando de problemas estructurales, de que Naciones Unidas está permitiendo la explotación sexual de gente, el abuso de poblaciones de mujeres y niños por parte de soldados que deberían luchar contra estos crímenes. Y que es incapaz de resolver un caso de abusos sexuales.

Y el señor Kompass llegó a concluir que eso es lo mismo que Impunidad y pensó que no podía seguir trabajando en ese entorno… No trabajan con buena fe.

Y después de esos casos de los que alertó el señor Kompass han salido más… hasta superar los cien en la República Centroafricana. ¿Cuál es el daño que estos casos provoca en la imagen de los cascos azules?

Es muy complicado imaginar lo que piensa la gente para la que Naciones Unidas no mira. Gente cuya única esperanza para tener seguridad es la llegada de una misión de cascos azules de Naciones Unidas… cuando se dan cuenta que esos soldados los atacan y son gente a la que hay que tener miedo en lugar de gente que va a proteger a civiles… No nos podemos imaginar lo traicionados y enfadados que se pueden sentir.

Mi organización y su campaña “Code Blue” está intentando que Naciones Unidas cambie la forma con la que afronta estos casos porque esto es algo que no sólo está pasando en la República Centroafricana. Los medios están haciendo un buen trabajo contándolo pero esto es algo que está pasando en todo el mundo. Naciones Unidas tiene un total de 16 misiones de paz en la Tierra y en todas hay estos abusos, en mayor o menor grado, pero que acaban impunes.

¿Por qué cree que Naciones Unidas no quiere (o no le interesa) investigar?

Yo creo que la ONU temen que pasen dos cosas después de reconocer la dimensión del problema, su verdadera dimensión. La primera… Creo que el hecho de reconocerlo haría que perdieran el control sobre el caso… Y ahora pueden ser discretos y decir simplemente que es un tema que se está investigando… En definitiva, mantener el control de los tiempos.

Y la segunda consecuencia… si se demuestra que es una crisis que son incapaces de gestionar, creen que muchos países dejarían de contribuir en esas misiones de paz. En ese caso, Naciones Unidas quedaría en una situación terrible.

Creo que han optado por intentar hacer ver que este problema es pequeño, que parezca algo sin importancia, para seguir recibiendo fondos para mantener esas misiones de paz.

Pero es complicado hacer ver que este problema es minúsculo si, como usted dice, hay casos en todas las misiones de paz.

Así es… Creo que no nos podemos hacer una idea de cuántos casos puede haber, al margen de los que se documentan. Esto es así porque a los civiles no les supone ningún beneficio ir a denunciar los casos. Saben que no habrá Justicia. Piensan que nadie se interesará por aquel tipo que los violó… que los violadores de sus mujeres y sus niños no serán llevados ante la Justicia. Saben que el gobierno francés no ha hecho absolutamente nada cuando los chicos dieron el paso y lo contaron.. pero la mayoría de la gente sienta que necesita tolerar esos comportamientos… y todo eso hace que no haya ningún beneficio a la hora de denunciar los abusos.

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00